jueves, 7 de febrero de 2008

Barricada una cosa que escribi hace tiempo

Barricada:

Advertencia: Todos, nosotros conocemos historias como esta. Sin embargo todo esto tiene una finalidad, por extraña que parezca por lo menos para mí. Pero la fatalidad consiste, que de este nacimiento tal vez sea algo de valor. Lo único que aseguro al lector es un poco de entretenimiento pero de seguro, esta historia lo decepcionará he aquí mi advertencia. He aquí un hombre que logró la libertad, a través de unas letras. Nada más.
Comprendan si quieren las circunstancias.

Mañana:

El mercado, un mercado, muy grande, tanto que la gente se ha perdido solo mientras se lo cuentan. Por eso el nacimiento, de este hombre es excepcional. Fue concebido, como un error, pero ya que ni su madre lo quería lo iba dejar morir. Pero cuando este hombre, estaba a punto de verse en el fin de su vida, cuando solo se suponía que terminaría el feto seco en el suelo. Alguna gente, y especialmente un perro, encontró el niño. Este perro, lo olió. Y cuando el bebe, esta muy débil algo lo hizo moverse, llama la atención por esto sobrevive. Como este hecho es más bien una singularidad, todo lo que esta en su vida lo será también. Estará igual que este momento signado de una forma casi trágica por no decir absurda. Mi amigo, mi pequeño amigo, fue llevado por una mujer, muy anciana que lo entregaría a un lugar para que lo adoptaran. Lo miraron con mucha lastima, al pequeño. El cual fue llevado a un cuarto. Los primeros días, hubo mucha luz, pero una especie de melancolía ya estaba en él. No tenía ningún recuerdo de su madre pero si recordaba al rostro del perro. Todo esto, hizo que Sebastián un nombre que le dieron. Porque no se les ocurría otro, le sería otorgado más bien como una forma de diferenciarlo de los muchos que estaban ahí, pero ninguno tan pequeño. Durante un tiempo puedo decir, que la vida, era muy miserable para él. Pero no era menos segura, que las calles que rodeaban su primera residencia. Solo se acuerda de esa miseria.
Pero, algunas de las cosas que lo han formado como hombre o mejor dicho como ser, están aún con él, incluidas las cicatrices. Toda su cara presenta las penurias de la niñez, la mirada es muy dura. No hay reflejo alguno de piedad. En él un hombre parece algo extraño, algo de él es ajeno a todos los hombre es solo él. Ese es su misterio, estaba encerrado en sí mismo.
Los primeros años se vieron marcados por la violencia, se entiende que el creció en un medio difícil. Porque el lugar donde creció, era como una cárcel. Lo único que se acordaba, de esas épocas, era las peleas por todo, por la comida, por la luz, por los libros. Y si aunque no lo crean aprender a leer fue un desafío para él. Todo en este mundo se conseguía a los golpes. Sebastián se sentía inferior a los otros niños se entiende, pero con el tiempo tomo de aquellos lo que le faltaba. Gracias a esto, al fin y al cabo estaba un poco mejor. Pero las cosas, en su vida, le fueron extrañas. Cuando el se dio cuenta que poseía una cualidad, especial. Su cualidad, por extraña que parezca era de que nadie, nadie, lo concebía en su mente. Él era capaz, de abrirse pasó entre los lugares más comunes del edificio. En medio del patio, los chicos que estaban con él siempre lo miraban extrañados. Para ellos, Sebastian tenía algo diferente. Señalado pero nunca identificado, los pocos que le tenían simpatía, nunca llegaban a quererlo. Por esto, se dio un mote particular, el flaco. Una de las fotos más curiosas, donde estaban todos los infantes se ve la cara de no expresión de Sebastian. Entre todo él no era nadie, en eso estaba muy solo. Se le conoció por solitario, algunos lo tomaron de loco. Lo único que podía hacer era juntar cosas, extrañas se volvió coleccionista. Juntaba muchas cosas insignificantes entre ellas fotos de personas. Muchas personas muy distintas de revistas, de diarios, de todas partes. Todo estaba escondido, en un agujero de la pared de su cuarto. En ese cuarto que era blanco, pero que se veía gris. Toda esa miseria era extraña, por lo menos para mí que soy el que cuento la historia hijo de un hogar burgués. El chico era inteligente memorizaba rasgos, miles de ellos, podía dibujarlos. Y así, algunos de los hombres que veían el talento de este niño para los retratos. Lo empezaron a utilizar: trabajaba todo el día, copiando las caras de la gente. La cara de Sebastian era especialista, era precisa. Sus manos era muy ágiles, de hecho podía hacer justamente eso de lo que carecía, su facultad era copiar obtener los rasgos, la fisionomía de todos.
Los años pasaban como la habilidad de él se incrementaba, una de las cosas que llamaba la atención era el hecho de que el parecido era tan genial que se pensaba que era mejor que una foto.
Pero las peleas continuaba pese a que el chico era un genio, como dije no se lo tenía en cuenta y debía perseguir cada cosa que quería. Todo le era difícil, incluso los espejos le parecían esquivos. Porque, solo porque el no podía entender que era el error que poseía. Muchos llantos se oyeron por esa época. Eran los de él pero todo esto, de seguro fue ignorado. Pero un día, las cosas, se pusieron más interesantes. Cuando uno de los hombres más importantes del lugar pidió un retrato al saber la fama de este supuesto genio que se tenía por mito. El chico fue traído ante él. Tomó el carbón y empezó a dibujar como siempre dando a cada uno de los rasgos su lugar. Las formas eran una copia hasta a veces incomoda, todo esto por primera vez puso de mal humor al cliente. El hombre se vio tal cual era esa expresión de oportunista. Todo lo que él había hecho en su vida, estaba en esa cara era peor que un espejo. La indignación de este hombre era terrible, hablo con el hombre que se encargaba de Sebastian. Inmediatamente el hombre sin entender, golpeo duramente al talento, pero sin embargo. No hubo una expresión de dolor. La mirada estaba fija, solo pidió el papel, y un dibujo modificado apareció. El dibujo modificado, era una muestra de otro hombre. Ese dibujo era excelente, tanto que el hombre quedo tanto sorprendido al ver que se había entendido el punto. Pensó que el joven era muy diestro tanto que no era necesario desperdiciarlo en medio de estos huérfanos, gente sin hogar y este hombre que lo explotaba. Después de todo, incluso él lo podría explotar mejor.
Luego de este día, Sebastian fue encerrado en su cuarto, todo el tiempo, la comida le llegaba, como también mejores sabanas. Algunos de los otros, niños, jóvenes y hasta viejos golpeaban la puerta. Él no les respondía, solo se ponía a ver por la ventana. A través de ella seguía haciendo copias a toda velocidad. Todas ellas, eran cada vez más perfectas. Tanto que la mujer que llevaba los papeles estaba sumamente intrigada, por que pese a todo, nadie suponía que el joven que estaba ahí fuera huérfano. Parecía un dotado demasiado bueno para ese lugar.
Por eso, él era uno de los casos más valiosos de aquel lugar, tanto que no pasó mucho tiempo antes de se lo llevarán.
La puerta al fin un día se abrió fue llevado a fuera del edificio cosa que para él era todo un suceso. Miró de la forma más extraña al edificio desde afuera obviamente no lo entendía. Algo no entendía que en uno de los pisos más altos el había dibujado cosas que eran extraordinarias y que se habían quedado ahí. Sé de buena fuente el destino de esta obra fue vendida rápidamente entre los alrededores. Pero seguro que el hombre que lo vendió medio bruto y bastante tosco para el arte, no se dio cuenta, de lo que estaba perdiendo. No obstante, el artista diminuto o por lo menos la fotocopiadora más extraordinaria de occidente, llevaba consigo el cuaderno, con las más grandes obras. Podría objetar, su ser estaba en un día lluvioso en aquel auto negro sin idea a donde se dirigía. Pese a todo, su manía por el lápiz, seguía. Copio varias copias de los lugares en donde estuvo, ya sean estos; estaciones de servicio, u hoteles. Todo el viaje quedó en medios gráficos. Esto fue una de las particularidades de la vida de Sebastian la gente empezó a ver la obra y nuevamente empezaron a olvidar al chico.
Estas cosas, empezaron a ser superfluas a Sebastian quien en el fondo veía solo un placer asequible a su mente darle al mundo de dos dimensiones, un lugar en el de tres. Esta pasión que rozaba con lo enfermizo lo puso a la par, quizás de un genio o de algo similar.
El hombre importante que les hablaba era Tulio Herrera, coleccionista colombiano, fue un error, decir del lugar, era importante este hombre; desde que se había radicado en aquel lugar más bien remoto. Era más importante, la gente de ahí que no tenía mucho para hacer le había dado la importancia a este hombre que en el medio era considerado un estafador.

No hay comentarios:

Obra

Obra
este es uno de mis dibujos

Cofradía que espero que sea grande..... Licenciados Papa Gu

Ideología

Ideología

¿ Que nos hace ser como somos?

Cosas que me agradan

  • Bersuit
  • Blink 182
  • Charly García
  • Deira
  • George Lucas- Star Wars
  • Goya- las pinturas negras
  • Guns N´Roses
  • Klimt- El Beso
  • Korn
  • La Renga
  • Magrite
  • Marilyn Manson
  • Marques de Sade- Juliette
  • Metallica
  • Miró
  • Nietzsche- Ecce Homo
  • Nietzsche- El Crepusculo de los Idolos
  • Nietzsche- Más alla del Bien y del Mal
  • Nirvana
  • Oasis
  • Picasso- El guernica
  • Placebo
  • Rammstein
  • Roberto Arlt- Los Siete Locos
  • Salvador Dalí- Diario de un Genio
  • Sex Pistols
  • Sumo
  • System of a Down
  • The Rolling Stones
  • Truman Capote- A Sangre Fría
  • Turner
  • Van Gogh
  • Velvet Revolver

C-Box

Bad Sisters



bad%20sisters
Quantcast

Oso Polar

Oso Polar

Pintando

Pintando