lunes, 31 de marzo de 2008

Pensamiento de William Burroughts http://www.ucm.es/info/nomadas/13/avrocca2.html

(Nota: Lo agrego para complementar con la reseña anterior para completar las ideas de un escritor que para mi es muy interesante.)

Metáfora Viral, compulsión y Literatura conspirativa

En el contexto de esta escritura laberíntica en la que corremos el riesgo del extravío del autor perdido en el texto o por los constantes y expansivos comentarios, estamos ante la idea del texto como tejido en perpetuo urdimiento, como un tejido que se hace, se traba a sí mismo y deshace al sujeto en su textura: una araña tal que se disolvería ella misma en las secreciones constructivas de su tela. En un sentido similar en la obra de William Burroughs el sujeto se encuentra manipulado y transformado por los procesos de contagio. El lenguaje es un virus que se reproduce con gran facilidad y condiciona cualquier actividad humana, dando cuenta de su intoxicada naturaleza. Los textos de Burroughs proliferan sin principio ni fin como una plaga, se reproducen y alargan en sentidos imprevisibles, son el producto de una hibridación de muy diversos registros que no tienen nada que ver con una evolución literaria tradicional, sus diferentes elementos ignoran la progresión de la narración y aparecen a la deriva desestructurando las novelas de su marco temporal, de su coexistencia espacial, de su significado, y posibilitando que sea el lector quien acabe por estructurarlas según sus propios deseos.


Se puede adelantar que este desmontaje del sistema interpretativo, esta perpetua deconstrucción territorial se lleva a cabo a partir de la metáfora del virus, del modelo biologicista, y la trama conspirativa. El Almuerzo desnudo será pues un relato épico-químico, donde Burroughs invocará las coordenadas de la demanda, congruentes con los teoremas contemporáneos de la droga y la compulsión del consumo. Donde lo representando es, finalmente, una modalidad de consumo terminal. La droga es aquí una inoculación de muerte que mantiene al cuerpo en una paradójica condición de emergencia y ralentización, donde el adicto es inmune al aburrimiento. Puede estar horas mirándose los zapatos o simplemente permanecer en la cama. Es el contagio definitivo, el de la interioridad intoxicada.

La metáfora viral


Burroughs[2] propaga su metáfora paranoica del virus a partir de Naked Lunch –El Almuerzo desnudo[3]–, obra casi inmediatamente posterior a Junky[4] que, desde la misma espectralidad de la heroína, emula con talento la escritura experimental de su época. La manía viral de Burroughs se muestra en cada una de sus obras, pero donde alcanza ribetes delirantes es en su Ensayo de ficción La revolución electrónica[5], donde el autor postula que el lenguaje humano es un sistema viral invasivo. Según Burroughs, una infección viral atacó a los homínidos del pre-paleolítico catalizando mutaciones deformantes de las neuronas, del aparato sonoro y de la estructura máxilofacial.

En la obra de William Burroughs el sujeto se encuentra manipulado y transformado por los procesos de contagio. El lenguaje es un virus que se reproduce con gran facilidad y condiciona cualquier actividad humana, dando cuenta de su intoxicada naturaleza. Los textos de Burroughs proliferan sin principio ni fin como una plaga, se reproducen y alargan en sentidos imprevisibles, son el producto de una hibridación de muy diversos registros que no tienen nada que ver con una evolución literaria tradicional, sus diferentes elementos ignoran la progresión de la narración y aparecen a la deriva desestructurando las novelas de su marco temporal, de su coexistencia espacial, de su significado, y posibilitando que sea el lector quien acabe por estructurarlas según sus propios deseos.

El propio Burroughs, en su novela Naked Lunch, visualiza masas ectoplásmicas compuestas de una substancia gelatinosa más viva, y por tanto más repugnante y más fascinante que la vida misma, que posee y simula indiferentemente tanto la fisonomía de los yonquis como la de los agentes federales que los persiguen. Repúblicas, corporaciones, organizaciones, laboratorios, sustancias, funcionarios, agentes, técnicos, víctimas, conspiradores, tan alucinados como hiper-reales conforman el cultivo viral, ectoplasmoide que palpita en torno al agujero negro de la droga.


Como podemos constatar en los textos inaugurales de Burroughs y en la legislación anti-droga que les precedieron por apenas unos años, el imaginario de la droga ha invocado desde sus inicios la fobia del contagio. La droga figura como agente extraño que infecta el cuerpo social. Hasta la propia escritura sobre el flagelo, incluyendo este texto, debe poseer propiedades infecciosas, según los más adeptos censores. Hoy, en la época del HIV, y dadas las metonimias de droga, sexo y sangre que conforman sus historias de contagio, surge una encarnación espectral de la Cosa con grandes repercusiones imaginarias y simbólicas de valor atávico: ella es el plasma sanguíneo humano. Es perfectamente previsible y poco sorprendente que la Droga máxima, y por ende, el máximo agente viral por venir en esta época de revolución apocalíptica permanente, sea la sangre humana.

Un admirador de Burroughs, Terry Southern, elaboró un oscuro relato titulado “La sangre de un pelucón”, donde el protagonista agarra tremendos embales inyectándose sangre humana gracias a sus contactos con una cábala de tecnólogos adjuntos a un manicomio donde ellos obtienen y distribuyen la sangre con propiedades psicoactivas de los pacientes esquizos. De hecho, el investigador del museo Pitts River de Oxford, Richard Rudgley, constata informes sobre la presencia natural del potente alucinógeno 5-MeO-DMT en la sangre de algunos esquizofrénicos. Por otro lado, el novelista británico Phillip Kerr, en su crónica de ciencia-ficción, El segundo ángel, visualiza un año 2069 cuando el precio estándar de la sangre regula la economía global. El 80% de la población está contagiada de un virus análogo al HIV, aunque de acción más lenta y con pronóstico fatal de 100%. La acción retardada e inicialmente indetectable del virus decuplica su potencial de contagio. La única cura disponible supone una transfusión completa de sangre incontaminada. El precio del litro de sangre pura se dispara hasta rebasar por mucho el precio del oro, convirtiendo la sangre en nuevo estándar monetario de la economía internacional. Poderosos bancos de sangre rigen la economía. La actividad criminal se transforma: los bancos de sangre se albergan tras inexpugnables fortalezas digitalizadas; carteles hematológicos controlan un tráfico ilegal de sangre, bandidos vampirescos asaltan a personas incontaminadas para absorberles la última gota de plasma, sobrepreciada mercancía que anula el valor de toda otra posesión, incluyendo el dinero mismo –“¡quién quiere tu dinero, lo que queremos es tu sangre! ¡-tu sangre es dinero!”.

. La droga y sus ciclos compulsivos; monopolio y escatología.

Ahora bien, el aparato lógico-retórico puede ser rearmado y asumir diversas formas. Algo similar acontece en un sistema viral, apto para reproducir a cada instante una replica de sí mismo. De aquí puede desprenderse una zozobra de carácter ontológico-lingüística, la duda: ¿somos nosotros los que hacemos el lenguaje o el lenguaje a nosotros? Beckett. El caso es que los virus, sean estos orgánicos o digitales (informáticos), ilustran de manera insuperable los caminos que escoge el universo para resumirse, en un ajuste de cuentas abstracto con los signos –y su vocación viral– que amenazan con un día detenernos para siempre en una confusión de lenguas: la dispersión en nuestra propia Babel, el extravío en nuestro laberinto recursivo.

Ante esta situación vírica que Burroughs considera que impregna la existencia, el escritor entiende que nuestro fin es el caos[6]. El caos como un espacio mítico donde reina lo híbrido, la fusión de lo contradictorio, el doble monstruoso. La función del caos en la escritura será una fascinación por los residuos, por el flujo verbal que nos lleva al hundimiento y a la perdida, por el retorno al silencio. La aspiración será “Encontrar un lenguaje endémico, caótico, que sea un lenguaje del cuerpo, que se convierta entonces en el fin reconocido de la escritura”[7].

Será así como Burroughs basará su trabajo literario en la discontinuidad, la reiteración, la contaminación, lo inacabado y desmembrado, todo ello reflejo de un mundo corrompido, en vías de descomposición, y de un individuo desgarrado y confuso, que se aproxima a su negación.

Al comparar los fenómenos orgánicos con los fenómenos reproductivos que acaecen en el mundo virtual, es indudable que podemos extraer lecciones profundas sobre la naturaleza de los procesos lógicos. Aquí los virus constituyen una metáfora fundamental que posibilita una lectura antropológico-literaria de los textos de Burroughs. Esto, por las particulares características de estos micro-organismos, por sus despliegues alambicados, por su autonomía y su narcótica autorreferencialidad y, sobretodo, por su hábil oportunismo.

El virus informático, es el más curioso y paradójico síntoma de que la tecnología, al desbordar sus finalidades, provoca imprevisibles ironías. Ellos, remotos, numerosos, multidireccionables, anónimos, apostados esperando el sabotaje patológico: a fuerza de autorreproducción ciega, amenazan con llevar el sistema al estado de entropía máxima, muerte térmica de la programación, donde sólo habita el virus.

Es posible que en algunos años las técnicas de escritura viral, ya hoy en un embrionario proceso invasivo, pasen a constituirse en los únicos medios de expresión, en el ultimo balbuceo de un lenguaje infiltrado y parasitado, en el cierre definitivo del universo del discurso.

Los actos de un toxicómano cualquiera, como los personajes que pululan en el alucinado universo de Burroughs, se estructuran como un lenguaje altamente inestable. La droga produce esa mirada extraña, ese estado alucinatorio a partir del cual se establecen paranoicas e instrumentales relaciones. Todos los valores sociales, culturales y morales del hombre parecen condensarse en una ecuación única que Burroughs llama el álgebra de la necesidad. El elemento alucinógeno no es más que un gran aparato de control, que a su vez se sitúa debajo de otro, el médico-policíaco, el cual cumple la misión de generar la adicción. "La droga es un molde de monopolio y posesión (...) la droga es el producto ideal (...) la mercancía definitiva".

En el mundo de Burroughs la expresión "vivir para la droga" es inadecuada, pues la droga no sería siquiera el objeto de una vida. Más bien la droga sustituye el vivir, deja de ser objeto de la pulsión vital para sustituir esa pulsión con su propio ciclo compulsivo, con una 'vida' más real que la vida misma.

"La droga –señala Burroughs– es una inoculación de muerte que mantiene el cuerpo en condición de emergencia"[9]. Un cuerpo para el capital es un cuerpo en perenne condición de emergencia. El capital se retroalimenta de la revolución permanente de sus propias condiciones de producción, que se repiten y perpetúan gracias a su autodestrucción cíclica continua. La droga como mercancía importada por los centros capitalistas de occidente es la advocación escatológica del ciclo del capital, su absoluto end-product revelado como avatar tóxico de sí mismo.

Su principal síntoma fue el lenguaje. En este teorema de Burroughs el síntoma y el agente infeccioso son indistinguibles. El lenguaje humano es una espora semiótica de virus desmolecularizados, con los que la CIA, la KGB y otras instituciones espectrales infectan y reinfectan a la población incauta. La adición a las drogas, las perversiones y los motines urbanos actúan como señales sintomáticas y como dispositivos de contagio. El oficiante underground de la droga, del sexo y de la violencia cumple su tarea revolucionaria al acelerar indefinidamente la propagación viral masiva con todo tipo de trucos electrónicos y massmediáticos. El objetivo es la revolución apocalíptica permanente. No es difícil deducir que existe una relación simbiótica entre el recurso del apocalipsis y la consistencia espectral de las instituciones del poder.

Consideremos además que la droga, esta droga –la morfina– o cualquier otra, es un anti-objeto; que la droga es poco definible como objeto de deseo, pues la construcción de su hábito conlleva sustituir los objetos de deseo ordinarios forjados, perseguidos, sitiados, capturados o evadidos en las fantasías de la realidad cotidiana, por un solo objeto que, como el dinero, representa a todos los objetos sin poseer otro valor que sustituir esos objetos.

William Seward Burroughs

(Nota este articulo esta maldecido bajo la pena moral de que según su autor prohibe la reproduccion parcial o total pero para mí eso no es un problema y menos moral. El redactor involuntario de este articulo es Martin Cid. Cuya página es http://www.martincid.com. Ahora si el hecho en cuestión que es articulo)

William Seward Burroughs: adicto a su espejo en un mundo en decadencia. Burroughs fue uno de esos beatniks, hijos de la generación perdida, quizá su hijo predilecto. Ha sido más conocido por sus vástagos, voces que aseguran haberle leído y que interpretan a través de sus palabras los ecos perdidos, ¿literatura?

Burroughs sobrevivió a una dura catástrofe: Un mundo en paz. La norteamérica de los años cincuenta vivía con el pasado de la segunda gran guerra y sólo una vuelta a los infiernos la sacaría de su letargo. La nueva Roma es así. Burroughs es el escritor de un paraíso perdido cuyos arcángeles toman el sobrenombre de la "generación Beat": hombres descarriados que pasaban sus días enganchados a la bencedrina y la literatura. Jack Kerouac, quizá el más afamado de todos ellos, escribió el libro que se convierte en su Biblia: "En el camino". Un experimento de escritura automática (al que el mismo T. Capote acusó de no saber escribir), que narra las aventuras por aquella Norteamérica aún hoy sin identidad. Gingsberg su poeta, un castratto que denunciará en "América" las pericias de un mundo por alcanzar su identidad. Vagabundos y soñadores.

Los beatniks experimentaban con todo: drogas, sexualidad, literatura, jazz... Como sucede con Byron, puede que sus biografías resulten más interesantes que sus obras. Un caso quizá diferente es Burroughs, quien lleva más allá de su vida los experimentos lingüísticos. Leer a Burroughs se nos hace, aún hoy, difícil (incluso después de haber sobrevivido al mismísimo James Joyce). Precisamente este escritor bebe de esa misma fuente (con menor acierto, con más crudeza, no puedo saberlo). Los libros de Burroughs carecen de argumento y tienen mil líneas argumentales, historias de un desperdigado, imágenes casi surrealistas sin voz.

Hablamos del cut-up, curioso procedimiento ideado por él mismo de intercalar situaciones. Se toman varias formas, se tiran y se recomponen, tenemos creado el texto. Sencillo, casi musical. El lenguaje de Burroughs es la prosa desencantada de la literatura, las imágenes están llenas de contenido, carentes de significado, un mundo que se evoca a sí mismo en el reflejo irregular de sus palabras, caídas, pétreas y cambiantes. Sus obras, que algunos siguen llamando novelas, huyen de su propia definición, muy en la línea del "Finnegans´ wake" de Joyce. El infierno del desencanto se construye con el propio hastío, aburrimiento de palabras y spleen vital. Burrughs empieza intentado componer una obra, pronto se olvida de su función. ¿Acaso tiene que tener sentido? La prosa es brutal, con contenido sexual explícito... Llegamos a la náusea.

William Burroughs nació el cinco de febrero de 1914 en Saint Louis (Missouri, USA). Creció en el seno de una familia acomodada y estudió en Harvard Antropología. Trabajó como detective privado, reportero y exterminador de plagas. Sólo hubo una con la que jamás pudo terminar: 1944. Nueva York. Descubrimos a un nuevo Burroughs adicto a las drogas, a la heroína principalmente.

Su primer libro, publicado en 1955 con el pseudónimo de William Lee, cuenta sus experiencias con la heroína. Es un libro de recuerdos, muy duro. No hay juicio, ni siquiera arrepentimiento. Muestra su imagen como es la literatura: reflejo artístico, una mancha. "Yonky: Confesiones de un drogadicto irredento" pasa por ser una biografía sin orden, una novela sin argumento o una colección de historias: huyamos de los clichés. Crudo, real, quizá demasiado real. Pero sólo es su primera obra, aún no ha empezado a experimentar.

Tras "El Almuerzo Desnudo" (1959), escribe la trilogía de novelas formada por "La máquina suave", "El boleto que explotó" y "Nova Express", a la que seguirán "Marica" (1985). En 1995 publicaría su última obra: "Mi educación: un libro de sueños".

Pero más allá de su obra literaria (para algunos sin valor), Burroughs experimenta con otros materiales: pintura, música, cine... Son conocidas sus apariciones en películas (como "Drustore Cowboy", en donde interpreta a un yonky de avanzada edad), en grabaciones sonoras (muy conocida su grabación junto a Kurt Cobain) y exposiciones pictóricas. Burroughs llevó su obra por Europa, en donde leía fragmentos de sus obras con su voz de icono hastiado. Fue el símbolo para una generación de beatniks nacidos sin voz, en el anonimato de las grandes estructuras de hormigón.

Alguien miró la carne, sin vida, a punto de degustarla.

"El Almuerzo Desnudo" (The Naked Lunch), 1959.

Puede que, a muchos lectores del tipo victoriano, la figura de Burroughs y, más en concreto, su obra literaria, pueda parecerles un tanto "fuera de tono". "El Almuerzo Desnudo" es la obra capital de este escritor, y una pieza fundamental histórica y literaria. Sigue los parámetros de experimentación de Pound o Joyce, pero la temática es opuesta a estos dos grandes de la literatura. Mientras que en Joyce nos enfrentamos con un mundo de gigantes míticos, en Borroughs los gigantes viven entre nosotros, conviviendo estoicamente y dando sentido al maremagnum de los sentidos. Futurismo electrónico y surrealismo caduco se funden.

La obra de los beatniks es una obra individual que encuentra su sentido a partir de explicaciones historicistas: Gran mentira. Gingsberg es tan distinto de Ferlinghetti como la carne de buey y la de ternera. Los beatniks narran el descontento de toda una generación de entre-guerras, cierto, pero todo el descontento, las drogas y las experiencias narradas están expresadas con materiales narrativos de lo más diverso. Comparar a Kerouac con Borroughs se hace, asimismo, igual de desacertado. Burroughs no utilizaba la forma de "escritura automática" para sus escritos (si bien es cierto que sólo podríamos hablar de esta fórmula narrativa en la novela "En el Camino"). Las obras de este último son fruto de la inspiración y el trabajo, muy alejados del espíritu vagabundo de otros beatniks.

Borroughs narra en "El Almuerzo Desnudo" la desilusión y la tragedia del hombre moderno, con innumerables préstamos narrativos de otros autores. Pero su pasión no es el estudio, sino la propia literatura. Las obras de Burroughs, en todo su esplendoroso caos, bullen y rezuman, nos enfurecen y desconciertan: Una imagen amable derivada a mil perversiones. Es un tipo de escritura difícil, muy en la línea de Breton o Pound, pero no por ello deja de tener sentido. El contexto es heterogéneo, experimental, difuso. Los clichés del narrador omnisciente o el punto de vista desaparecen (como sucede con el mismo Joyce) para dar paso a la desnudez de la carne.

"El Almuerzo Desnudo" se sirve al lector frío, desdibujado en una prosa que evoca el pasado con analogías del presente. Las calles de Nueva York, la policía, las omnipresentes drogas... Borroughs sumerge al lector en un mundo que no conoce, y le hace sentir en sus carnes el hastío y la fetidez (como ya sucedió en "Yonky" y sucederá más tarde en "Marica").
Burroghs no es un plato de buen gusto, es un descenso a los infiernos por los caminos de una prosa desdibujada, sin significado. Enfrentarse con este libro supone librarse de traductores y aferrarse a un inglés puro, sofisticado, lastrado, a veces vulgar... El significado pierde su sentido, una vez más, para prodigarse, de nuevo. Las palabras se recomponen y las estructuras se desdibujan, ¿literatura?

"Ese momento helado en el que cada uno ve lo que hay en el otro extremo de su tenedor". Palabras desnudas


http://www.martincid.com/Autores/burroughs.php para que los de los derechos no salten esta citado.

System Of a Down


(Otra banda que me gusta como la anterior y por eso subo de la misma manera en fin.)

System of a Down

System of a Down (también conocido como System o de forma más abreviada, SOAD) es una banda de metal alternativo, de ascendencia armenia, formada en Los Ángeles, en el año 1995. En un comienzo se llamaron Soil, pero luego adoptaron el nombre "System of a Down" inspirados por el poema Victims of a Down escrito por el guitarrista Daron Malakian. Son famosos por realizar canciones con líricas que mantienen una ideología en contra del maltrato infantil, la violencia, la guerra, la pornografía, el dominio del dinero sobre la sociedad, las diferencias sociales, físicas e ideológicas de cada ser humano, la intolerancia, la discriminación; entre otros, de los principales temas en los que ésta banda se muestra en contra.

Está compuesta por Serj Tankian (voz/teclado/ocasionalmente guitarra), Daron Malakian (guitarra/voz), Shavo Odadjian (bajo) y John Dolmayan (batería).

En sus cinco discos editados hasta la fecha, System of a Down usa una amplia gama de instrumentos, incluyendo guitarras eléctricas barítonas y hasta una botella vacía sirve de instrumento (en el tema Science, del Toxicity), mandolinas eléctricas, cítaras, guitarras clásicas de 12 cuerdas, y otros instrumentos de Asia. Sus más notables influencias provienen de las bandas que empezaron con el rock alternativo. También tuvieron influencias de géneros como el heavy metal, jazz fusion, folk, hard rock, rock psicodélico, funk, rock clásico, blues e industrial. Además tienen influencias políticas que se reflejan en sus discursos contra el sistema estadounidense, la inconsciencia social y el abuso de poder. Esta fórmula social y musical le ha acarreado, desde el lanzamiento de su primer álbum (en 1998) buenos resultados tanto del público, que hizo de System of a Down un disco de platino, como de una parte de la crítica musical. Fue elegida mejor banda alternativa de rock del año 2005 en los MTV Europe Music Awards celebrados en Lisboa.


Inicios Un grupo de metal alternativo conformado por Serj Tankian (pianos y 1ra voz), Daron Malakian (guitarra y 2da voz), Domingo Laranio en el bajo, Shavo Odadjian en la segunda guitarra (luego bajista en 1994) y Andy Khachaturian (reemplazado por John Dolmayan), tuvieron solo una presentación en el "Jam Session Recording" y luego la banda se desintegró.

Tras la separación Tankian y Malakian formaron una nueva banda llamada System of a Down (por el poema "Victims of a Down" compuesto por Daron Malakian). En 1995 se unieron con Andy para realizar la primera cinta de demos pero finalmente el grupo quedó con un nuevo miembro, un baterista aficionado a los comics (John Dolmayan).

Debut (1998 - 2000) En 1998, la banda sacó su primer álbum, System of a Down. Éste, como todos los posteriores que lanzaron, fueron en parte por Rick Rubin. La banda obtuvo éxito moderado con su primer single "Sugar", convirtiéndose en el favorito de la radio. Los singles siguientes fueron 'Spiders' y 'War?'. System of a Down salió por extensas giras, abriendo para Slayer, antes de conseguir su camino al segundo escenario del Ozzfest. Después de Ozzfest, salieron de gira con Fear Factory, y más tarde con Incubus, antes de encabezar el Sno-Core tour, con Puya, Mr. Bungle e Incubus de soportes. En el 2000, la banda participó en el álbum "Nativity in Black 2 (homenaje a Black Sabbath) con su versión de la canción Snowblind y también pisaron el estudio para grabar su siguiente álbum.

Toxicity/Steal This Album! (2001 - 2003) La gran oportunidad vino cuando la crítica aclamo su segundo álbum, Toxicity, presentándose en el puesto número #1 en las listas estadounidenses y canadienses, finalmente alcanzando disco multi-platino. Desde entonces, el álbum ha vendido alrededor de 5 millones de copias en todo el mundo. Éste fue número #1 en Ámerica en la semana de los ataques del 11 de septiembre y el ambiente político causado por los ataques añadido a la controversia que envolvía su single 'Chop Suey!' causó que fuera sacado de radio porque contenía una fuerte letra política tal como "I don't think you trust in my self-righteous suicide." ("no creo que confíes en mi suicidio autosuficiente"). A pesar de eso, el video ganó constante reproducción en MTV también como el segundo single 'Toxicity'. Incluso con la controversia rodeando 'Chop Suey!', canción por la cual ganaron una nominación al Grammy, System of a Down todavía recibe constante reproducción al aire en los Estados Unidos a lo largo del final del 2001 y 2002 con sus hits, 'Toxicity' y 'Aerials'.

A fines del año 2001, algunas canciones nunca lanzadas que habían sido grabadas durante la creación de Toxicity llegaron a internet: "Bubbles", y "Defied You" (una versión preliminar de "Nüguns" pero con letras diferentes). La banda declaró que los fans estaban escuchando material que no estaba terminado y pronto la banda volvió al estudio para regrabar esas canciones. El resultado fue su tercer álbum, Steal This Album!, lanzado en noviembre de 2002. El CD se parecía a un disco grabable que estaba escrito con un marcador indeleble. El álbum fue único dentro de los propios ya que no tenía cuadernillo. 50.000 copias especiales del álbum con diferentes diseños del CD también fueron lanzados, cada uno fue diseñado por cada miembro del grupo. El álbum es una referencia al libro de contra-cultura de Abbie Hoffman titulado Steal This Book. Los singles 'Innervision' y 'I-E-A-I-A-I-O' fueron lanzados como promociones solo para radio y recibían constante reproducción al aire en radios alternativas. Un video, ('Boom!'), fue filmado por el director Michael Moore por la protesta a la invasión de Iraq de 2003.

Mezmerize/Hypnotize (2004-2005) Entre 2004 y 2005, la banda produjo un álbum doble, llamados Mezmerize/Hypnotize, cada uno de los cuales fue lanzado por separado. La primera parte, Mezmerize, fue lanzado en mayo de 2005, y recibió críticas favorables. Debutó en el primer puesto en Estados Unidos, Canadá, Australia y alrededor del mundo, convirtiéndose en su segundo álbum en llegar al puesto #1 en ventas. La primera semana de ventas consiguió unas 800.000 copias en todo el mundo. El explosivo triunfo en los Grammy Award por su primer single 'B.Y.O.B. (Bring Your Own Bombs)' el cual cuestiona la integridad de la guerra. El siguiente single, Question!, fue lanzado junto al video que co-dirigió el bajista Shavo Odadjian. Siguiendo el lanzamiento de Mezmerize, la banda hizo extensas giras en los Estados Unidos y Canadá con The Mars Volta y Bad Acid Trip haciendo de teloneros.

Siguiendo el lanzamiento del single de 'Hypnotize' ,la segunda parte del álbum doble Mezmerize/Hypnotize , Hypnotize fue lanzado en noviembre de 2005. Como Mezmerize, al debutar fue número #1 en los Estados Unidos, haciendo de ellos, junto con los Beatles y el rapero DMX, los únicos artistas que consiguieron dos álbumes de estudio, en el puesto #1 en un mismo año. El álbum tuvo una fuerte respuesta por parte de la critica. Su segundo single, fuera del álbum Hypnotize, es Lonely Day, lanzado en febrero en los Estados Unidos.

Receso indefinido
En febrero de 2006, System of a Down ganó el Grammy por Mejor Ejecución Hard Rock, por el sencillo B.Y.O.B., derrotando a otros artistas tales como Nine Inch Nails o al veterano rockero Robert Plant. En mayo de ese año Daron Malakian anunció que se tomarían un descanso bastante prolongado tras su participación en el tour Ozzfest. Sin embargo, aclaró que no se trata de una disolución del grupo.

Serj continua con su propio sello (Serjical Strike Records), anunciando a Bad Acid Trip y en su propio proyecto solista donde lanzó su primer disco bajo el nombre de Elect the Dead, el 7 de octubre del 2007. Daron afirmó que se dedicará sus proyectos personales, como la banda que está formando actualmente con John (a modo de proyecto) llamada Scars on Broadway y prepararán el material este invierno. En cuanto a los proyectos de Shavo, se anunció que planea trabajar en conjunto con Wu-Tang Clan's RZA y GZA con los que trabajó anteriormente en una canción para System of a Down:Shame on a nigga

¿Nu metal o no? Existe cierta controversia sobre el género de la banda, al respecto de si se podrían clasificar como nu metal, que en ocasiones trae a colación connotaciones negativas, o heavy metal.

System of a Down ha sido etiquetado como "nu metal" por algunos fanáticos y medios en sus comienzos. Esto puede ser atribuido al lanzamiento de su primer álbum, que ocurrió durante el boom del nu metal a mediados de los años 1990. Añadiendo a esto, la banda participó del festival Ozzfest, festival conocido por presentar bandas prospecto en el género del nu metal. Su música incluye solos de guitarra tanto en las introducciones como en los intermedios, un rasgo característico de las bandas tradicionales de metal.

Aquellos que creen que la etiqueta de nu metal no debe ser atribuida a la banda argumentan que no existe rapeo o pinchadiscos utilizados en sus canciones. Aunque se pueden apreciar las influencias hip-hop características del nu metal pero que no definen el género.

Además, la banda no se considera a sí misma como nu metal. El guitarrista Daron Malakian dijo en una entrevista con Guitar World que está complacido de que System of a Down no se haya deslizado al género del nu metal. Durante un concierto en el 2005, él dijo: "Solían llamarnos nu-metal, ahora nos llaman rock progresivo. Yo creo que nos llaman de cualquier forma que sea popular."

En una entrevista del año 2005 con Houston Press, Daron dijo: "Últimamente, hemos estado haciendo entrevistas, y la gente ha estado diciendo algo así como 'Ustedes están realmente liderando el nuevo movimiento progresivo', y me pregunto si es así.' Porque hace un par de años, estas personas nos comparaban con Limp Bizkit y Korn, y ahora que todavía estamos aquí y esas bandas no, están hablando del progresivo. Es bastante irritante que la gente siempre tenga que tener algo con qué compararnos o agruparnos. No estoy diciendo que seamos la banda más original del mundo, pero realmente no siento que caigamos en una categoría del heavy metal o de rock puro. Hay diversos elementos entremezclados en uno."

KORN


(Una banda que sono genial en el quilmes en el día 30 de marzo o sea ayer, una gran previa para el heroe de Ozzy. Sorprendido por lo que dan en vivo, cosa que no me había tomado el trabajo de escuchar subo la tipica reseña sacada de otro lado de Korn. Cuando sea critico especializado les mando la data con autoridad(?) )

Korn
es un grupo de nu metal de Bakersfield, California, Estados Unidos. Frecuentemente son mencionados como los creadores del nu metal[1] . Junto con otros grupos de la época, fueron los que inspiraron muchas de las bandas de nu metal y Alternative Metal entre los años 1990 y comienzos del 2000.

Origen Korn se formó cuando Jonathan Davis lideraba en aquel momento una banda local llamada Sex Art, mientras trabajaba como ayudante de forense en Bakersfield, California. LAPD era el grupo en el que estaban James "Munky" Shaffer,David Silvera,Reginald "Fieldy" Arvizu y Brian "Head" Welch. LAPD eran aparentemente más conocidos que Sex Art y aún puede encontrarse algún trabajo del grupo todo lo contrario que Sex Art, de lo que no queda nada. Munky, Fieldy, y David grabaron el disco debut de LAPD cuando apenas llegaban a la mayoría de edad, y en él pueden escucharse partes de actuales canciones de Korn. Jonathan, en cambio, permaneció en Sex Art cuatro meses.

Ambas agrupaciones se encontraron por única vez cuando Munky y Brian salieron una noche por Bakersfield a tomar algo y se toparon con Sex Art, quienes estaban tocando esa noche en ese preciso local. Según Munky: «Ya nos íbamos y cuando ya estábamos casi cruzando la puerta ¡oímos a John cantar y yo y Brian nos miramos con la boca abierta! ¡Oh Dios! Así que nos dimos la vuelta, nos sentamos otra vez y vimos la actuación completa».

Esperaron pacientemente a que el grupo finalizara su actuación y hablaron con Jonathan, ex compañero de instituto de ambos. Después de charlar un rato le ofrecieron el papel de cantante en un grupo de heavy metal, metal que estaban creando en Huntington Beach. Inicialmente, Jonathan rechazó la propuesta, pero hubo algo que le hizo cambiar de opinión. Días más tarde visitó a una tía suya, dedicada a la astrología . Esta le convenció para que aceptara la oferta. La profecía familiar se convirtió en una obsesión para Jonathan, que no paraba de dar vueltas al asunto. Así que fue a ver a los chicos e hizo una prueba.

Davis ha dicho acerca del nombre del grupo: «Para mí significa que no importa cómo se llame tu grupo. Da igual el nombre, la música hace un nombre, ¿sabes? Porque Korn es un nombre tonto, pero una vez que un grupo se consolida, eso hace que el nombre esté bien» Palabras de Jonathan Davis

Periodo del nu metal El grupo, ya como Korn, consiguió los servicios de un manager que les asesorara en el mundo de la industria musical, pese a que los jóvenes miembros ya tenían algo de experiencia. Comenzaron a presentar y grabar maquetas y dar algunos conciertos a nivel local, presentando una música innovadora, agresiva, dura y mezclando sonidos como el rap, el metal y el death metal, que pronto llamó la atención del público, industria e imitadores. Aquel original sonido era una evolución natural de bandas como Rage Against the Machine o Red Hot Chili Peppers, bandas que mezclaban algo de metal con rock y funk. En 1998 nacieron como banda los californianos Deftones y un año más tarde de la creación de Korn, otro grupo saltaría al panorama musical de éste nuevo sonido metal, Limp Bizkit, quienes abanderarían junto a Deftones y los propios Korn, por supuesto, el nu metal que se gestó a comienzos de los años 90.

Tras dos años de giras, ficharon con Immortal (subdivisión perteneciente a Epic) para grabar su primer álbum de estudio. La banda comenzó la grabación en los estudios Indigo Ranch, de Malibu Hills, California, para grabar su álbum debut: Korn, lanzado en octubre de 1994. Shaffer y Welch tocaban guitarras de 7 cuerdas, y Davis cantaba experiencias de su oscura y problemática adolescencia. La banda debutó también con buen pie, al igual que su disco debut (se han vendido más de un millón de copias) tocando en el Ozzfest, y que incluía conciertos junto a grupos como Ozzy Osbourne, Megadeth y Marilyn Manson.

Dos años más tarde el grupo continuó innovando. Para promocionar su segundo álbum, Korn se convirtió en el primer grupo de música en lanzarse a publicitar su nuevo disco a través de internet, mediante emisoras interactivas de radio, donde ofrecían a los fans la posibilidad de preguntarles en vivo e incluso, el adelanto de algunas canciones. En verano de 1996 salió a la venta Life is Peachy. El disco llegaría a platino y la banda se aventuraba en otro largo período de giras y conciertos interminables. Lamentablemente, Davis y los suyos tuvieron que reducir sus fechas a la mitad, ya que Shaffer contrajo una meningitis y más tarde, ya en 1998, tuvieron que cancelar su actuación en el Ozzfest por el nacimiento del hijo de Welch...

Korn decidió tomarse un descanso tras cinco años de giras, conciertos y grabaciones. Sin embargo, una noticia inesperada les hizo reaccionar inmediatamente: un chico era expulsado de su instituto en Michigan por llevar una camiseta de KoЯn. La banda intervino y consiguió que el chico fuera readmitido [2] . Poco después la prensa se cebó con el grupo debido a un multimillonario acuerdo que les ligaba a la marca Puma, abandonando su anterior fidelidad a Adidas. En 1998, su tercer álbum, Follow the Leader, sale al mercado, alcanzando el número uno del Billboard y cosechando muy buenas críticas. La banda tuvo también un bonito detalle con un chico enfermo de cáncer terminal, que pidió a través de la fundación Make a Wish que le dejaran conocer al grupo. Lo edición contaron con la presencia de bandas pertenecientes a los mismos nuevos de platino. Tres años después, lanzan Untouchables (en 2002) y un año más tarde Take a Look in the Mirror.

Marcha de «Head» Welch En el 2004, se presentaron en el Projekt Revolution junto a Linkin Park.

En 1999 la banda lanza Issues, disco que se va alejando poco a poco de sus influencias del rap e introduciendo sonidos más oscuros y potentes. Considerado por muchos como su mejor trabajo hasta el momento. Consiguió cuatro discos de platino y tocar con bandas como Limp Bizkit o Deftones. En ese mismo año, los chicos de KoЯn crearon el espectacular macrofestival de rock duro y metal The Family Values Tour. En esa primera En febrero de 2005, Brian "Head" Welch toma la decisión de dejar el grupo para dedicarse a su despertar religioso y a su hija, tras 12 años y seis álbumes de estudio grabados.

El grupo acabó su contrato con Sony Records y llegaron a un acuerdo con EMI Music y Virgin Records. En las navidades de 2005 llegó See You on the Other Side, el primer disco sin Head como miembro de la banda. En 2006 la banda comenzó una gira mundial y el lanzamiento de Live and Rare, CD/DVD con temas en directo. Korn relanzó su festival, Family Values Tour, que por primera vez contó con 2 escenarios y 10 bandas en total, además de eventos extras como una cancha de paintball y strippers.

Korn publicó en el blog de Jonathan Davis, el 30 de septiembre de 2006 que para el 2 de octubre estarían entrando en estudio para producir su nuevo disco. Actualmente Davis ha declarado que experimentan con canciones de hasta 8 minutos de duración. También se sabe que el baterista David Silvera, decidió tomarse un descanso de la banda, por lo cual ha sido sustituido para el disco por Terry Bozzio, el cual trabajó con la banda en la octava producción que se dice puede salir en junio de 2007.

El 7 de marzo salió al aire el estreno de MTV Unplugged: Korn, el cual fue grabado el 9 de diciembre en los estudios de MTV en el Times Square de Nueva York, contando con la colaboración de Amy Lee de Evanescence y Robert Smith junto con otros miembros de The Cure y que incluye un cover de Radiohead, el mundialmente conocido «Creep».

Untitled es el título elegido para el octavo álbum de estudio de la banda californiana que vió la luz el 31 de julio de 2007. Es el primer disco de estudio que Korn graba sin David Silvera y, además, «dedica» dos temas («Ever Be» y «Love & Luxury») a Brian "Head" Welch, ex-guitarrista que abandonó la formación para dedicarse de lleno al cristianismo. Para más inri, Head anunció el lanzamiento, próximamente, de un libro titulado «Save Me From Myself: How I Found God, Quit Korn, Kicked Drugs and Lived to Tell My Story» («Me Salvé de Mí Mismo: Cómo Encontré a Dios, Dejé a KoЯn, Le Di una Patada a las Drogas y Viví para Contar la Historia»). Davis opina al respecto que «tenía que descargar. Realmente me irritó que vaya a sacar este libro y beneficiarse de soltar mierda sobre nosotros, los tíos que le dimos todo en su vida y le pusimos donde está. Si no quieres estar en el grupo, vale, pero no salgas ahí a decir cosas malas sobre nosotros.» [3]

En teoría, este disco debería de ser el último de Korn con Virgin Records, pero Davis asegura que van «a salir de gira y esperamos que Virgin quiera hacer otro trato con nosotros. Tenemos una buena relación financiera.»

domingo, 30 de marzo de 2008

Sobre Heroes Y Tumbas Sabato

Sobre Héroes y Tumbas

Anécdotas.

En 1961, fruto de casi trece años de trabajo interrumpidos, Sabato publica "Sobre héroes y tumbas" (SHT). Aclamada por críticos de todos los países del mundo (ver algunas críticas), SHT se constituye en la mejor novela argentina del siglo XX, por su profundidad y su ambición.

Es ya conocida la tendencia de Sabato a destruir su obra. Muchas novelas, obras de teatro, artículos y ensayos han sido consumidos por las llamas, según las confesiones de Sabato. Es peculiar una anécdota que se cuenta en referencia a SHT. Una vez que estuvo terminada la novela, Sabato se negó publicarla y trató, también, de destruirla. Ante esta desición que había tomado el autor, Matilde su mujer, rincipal crítica y lectora de su obra, enfermó ante la amarga resolución de su esposo de terminar con tantos años de trabajo. Así, ante la enfermedad de Matilde, Sabato tomó la desicón de publicarla.

En el prólogo de SHT, aparece la dedicatoria "...a la mujer que tenazmente me alentó en los momentos de descreimiento, que son los más. Sin ella, nunca habría tenido fuerzas para llevarla a cabo...". Esa mujer es Matilde, el principal sostén de Ernesto Sabato.


Prólogo

Existe cierto tipo de ficciones mediante las cuales el autor intenta liberarse de una obse sión que no resulta clara ni para él mismo. Para bien y para mal, son las únicas que puedo escribir. Más, todavía, son las incomprensi- bles historias que me vi forzado a escribir desde que era un adolescente. Por ventura fui parco en su publicación, y recién en 1948 me decidí a pu- blicar una de ellas: El Túnel. En los trece años que transcurrieron luego, seguí explorando ese oscuro laberinto que conduce al secreto central de nuestra vida. Una y otra vez traté de expresar el resultado de mis búsque- das, hasta que desalentado por los pobres resultados terminaba por des- truir los manuscritos. Ahora, algunos amigos que los leyeron me han indu- cido a su publicación. A todos ellos quiero expresarles aquí mi reconoci- miento por esa fe y esa confianza que, por desdicha, yo nunca he tenido.

Dedico esta novela a la mujer que tenazmente me alentó en los momentos de descreimiento, que son los más. Sin ella, nunca habría tenido fuerzas para llevarla a cabo. Y aunque habría merecido algo mejor, aun así, con todas sus imperfecciones, a ella le pertenece.



Ernesto Sabato

(Nota a la 1ª edición (1961))

Noticia Preliminar

Las primeras investigaciones revelaron que el antiguo Mirador que servía de dormitorio a Alejandra fue cerrado con llave desde dentro por la propia Ale- jandra. Luego (aunque, lógicamente, no se pueda precisar el lapso transcu- rrido) mató a su padre de cuatro balazos con una pistola calibre 32. Finalmente, echó nafta y prendió fuego.

Esta tragedia, que sacudió a Buenos Aires por el relieve de esa vieja familia argentina, pudo parecer al comienzo la consecuencia de un repentino ataque de locura. Pero ahora un nuevo elemento de juicio ha alterado ese primitivo esquema. Un extraño "Informe sobre ciegos", que Fernando Vidal terminó de escribir la noche misma de su muerte, fue descubierto en el departamento que, con nombre supuesto, ocupaba en Villa Devoto. Es, de acuerdo con nuestras referencias, el manuscrito de un paranoico. Pero no obstante se dice que de él es posible inferir ciertas interpretaciones que echan luz sobre el crimen y hacen ceder la hipótesis del acto de locura ante una hipótesis más tenebrosa. Si esa inferencia es correcta, también se explicaría por qué Alejandra no se suicidó con una de las dos balas que restaban en la pistola, optando por quemarse viva.

[Fragmento de una crónica policial publicada el 28 de junio de 1955 por La Razón de Buenos Aires.]

El dragón y la princesa (parte IX)

—Aquí es— dijo.
Se sentía el intenso perfume a jazmín del país. La verja era muy vieja y estaba a medias cubierta con una glicina. La puerta, herrumbrada, se movía dificultosamente, con chirridos.
En medio de la oscuridad, brillaban los charcos de la reciente lluvia. Se veía una habitación iluminada, pero el silencio correspondía más bien a una casa sin habitaciones. Bordearon un jardín abandonado, cubierto de yuyos, por una veredita que había al costado de un galería lateral, sostenida por las columnas de hierro. La casa era viejísima, sus ventanas daban a la galería y aún conservaban sus rejas coloniales; las grandes baldosas eran seguramente de aquel tiempo, pues se sentían hundidas, gastadas y rotas.
Se oyó un clarinete: una frase sin estructura musical, lánguida, desarticulada y obsesiva.
—¿Y eso?— preguntó Martín.
—El tío Bebe —explicó Alejandra—, el loco.
Atravesaron un estrecho pasillo entre árboles muy viejos (Martín sentía ahora un intenso perfume de magnolia) y siguieron por un sendero de ladrillos que terminaba en una escalera de caracol.
—Ahora, ojo. Seguime despacito.
Martín tropezó con algo: un tacho o un cajón.
—¡No te dije que andés con ojo! Esperá.
Se detuvo y encendió un fósforo, que protegió con una mano y que acercó a Martín.
—Pero Alejandra, ¿no hay lámpara por ahí? Digo... algo... en el patio...
Oyó la risa seca y maligna.
—¡Lámparas! Vení, colocá tus manos en mis caderas y seguime.
—Esto es muy bueno para ciegos.
Sintió que Alejandra se detenía como paralizada por una descarga eléctrica.
—¿Qué te pasa, Alejandra?— preguntó Martín, alarmado.
—Nada —respondió con sequedad—, pero haceme el favor de no hablarme nunca de ciegos.
Martín volvió a poner sus manos sobre las caderas y la siguió en medio de la oscuridad. Mientras subían lentamente, con muchas precauciones, la escalera metálica, rota en muchas partes y vacilante en otras por la herrumbre, sentía bajo sus manos, por primera vez, el cuerpo de Alejandra, tan cercano y a la vez remoto y misterioso. Algo, un estremecimiento, una vacilación, expresaron aquella sensación sutil, y entonces ella preguntó qué pasaba y él respondió, con tristeza, "nada". Y cuando llegaron a lo alto, mientras Alejandra intentaba abrir una dificultosa cerradura, dijo "esto es el antiguo Mirador".
—¿Mirador?
—Sí, por aquí no había más que quintas a comienzos del siglo pasado. Aquí venían a pasar los fines de semana los Olmos, los Acevedo...
Se rió.
—En la época en que los Olmos no eran unos muertos de hambre... y unos locos...
—¿Los Acevedo? —preguntó Martín—. ¿Qué Acevedos? ¿El que fue vicepresidente?
—Sí, esos.
Por fin, con grandes esfuerzos, logró abrir la vieja puerta. Levantó su mano y encendió la luz.
—Bueno —dijo Martín—, por lo menos acá hay una lámpara. Creí que en esta casa sólo se alumbraban con velas.
—Oh, no te vayas a creer. Abuelo Pancho no usa más que quinqués. Dice que la electricidad es mala para la vista.
Martín recorrió con su mirada la pieza como si recorriera parte del alma desconocida de Alejandra. El techo no tenía cielo raso y se veían los grandes tirantes de madera. Había una cama turca recubierta con un poncho y un conjunto de muebles que parecían sacados de un remate: de diferentes épocas y estilos, pero todos rotosos y a punto de derrumbarse.
—Vení, mejor sentate sobre la cama. Acá las sillas son peligrosas.
Sobre una pared había un espejo, casi opaco, del tiempo veneciano, con una pintura en la parte superior. Había también restos de una cómoda y un bargueño. Había también un grabado o litografía mantenido con cuatro chinches en sus puntas.
Alejandra prendió un calentador de alcohol y se puso a hacer café. Mientras se calentaba el agua puso un disco.
—Escuchá— dijo, abstrayéndose y mirando al techo, mientras chupaba su cigarrillo.
Se oyó una música patética y tumultuosa.
Luego, bruscamente, quitó el disco.
—Bah —dijo—, ahora no la puedo oír.
Siguió preparando el café.
—Cuando lo estrenaron, Brahms mismo tocaba el piano. ¿Sabés lo que pasó?
—No.
—Lo silbaron. ¿Te das cuenta lo que es la humanidad?
—Bueno, quizá...
—¡Cómo quizá! —gritó Alejandra—, ¿acaso creés que la humanidad no es una pura chanchada?
—Pero este músico también es la humanidad...
—Mirá, Martín —comentó mientras echaba el café en la taza— ésos son los que sufren por el resto. Y el resto son nada más que hinchapelotas, hijos de puta o cretinos, ¿sabés?.
Trajo el café.
Se sentó en el borde de la cama y se quedó pensativa. Luego volvió a poner el disco un minuto.
—Oí, oí lo que es esto.
Nuevamente se oyeron los compases del primer movimiento.
—¿Te das cuenta, Martín, la cantidad de sufrimiento que ha tenido que producirse en el mundo para que haya hecho música así?
Mientras quitaba el disco, comentó:
—Bárbaro.
Se quedó pensativa, terminando su café. Luego puso el pocillo en el suelo.
En el silencio, de pronto, a través de la ventana abierta, se oyó el clarinete, como si un chico trazase garabatos sobre un papel.
—¿Dijiste que está loco?
—¿No te das cuenta? Ésta es una familia de locos. ¿Vos sabés quién vivió en ese altillo, durante ochenta años? La niña Escolástica. Vos sabés que antes se estilaba tener algún loco encerrado en alguna pieza del fondo. El Bebe es más bien un loco manso, una especie de opa, y de todos modos nadie puede hacer mal con el clarinete. Escolástica también era una loca mansa. ¿Sabés lo que le pasó? Vení. —Se levantó y fue hasta la litografía que estaba en la pared con cuatro chinches. —Mirá: son los restos de la legión de Lavalle, en la quebrada de Humahuaca. En ese tordillo va el cuerpo del general. Ése es el coronel Pedernera. El de al lado es Pedro Echagüe. Y ese otro barbudo, a la derecha, es el coronel Acevedo. Bonifacio Acevedo, el tío del abuelo Pancho. A Pancho le decimos abuelo, pero en realidad es bisabuelo.
Siguió mirando.
—Ese otro es el alférez Celedonio Olmos, el padre de abuelo Pancho, es decir mi tatarabuelo. Bonifacio se tuvo que escapar a Montevideo. Allá se casó con una uruguaya, una oriental, como dice el abuelo, una muchacha que se llamaba Encarnación Flores, y allá nació Escolástica. Mirá qué nombre. Antes de nacer, Bonifacio se unió a la legión y nunca vió a la chica, porque la campaña duró dos años y de ahí, de Humahuaca, pasaron a Bolivia, donde estuvo varios años; también en Chile estuvo un tiempo. En el 52, a comienzos del 52, después de trece años de no ver a su mujer, que vivía aquí en esta quinta, el comandante Bonifacio Acevedo, que estaba en Chile, con otros exiliados, no dió más de tristeza y se vino a Buenos Aires, disfrazado de arriero: se decía que Rosas iba a caer de un momento a otro, que Urquiza entraría a sangre y fuego en Buenos Aires. Pero él no quiso esperar y se largó. Lo denunció alguien, seguro, si no no se explica. Llegó a Buenos Aires y lo pescó la Mazorca. Lo degollaron y pasaron frente a casa, golpearon en la ventana y cuando abrieron tiraron la cabeza a la sala. Encarnación se murió de la impresión y Escolástica se volvió loca. ¡A los pocos días Urquiza entraba en Buenos Aires! Tenés que tener en cuenta que Escolástica se había criado sintiendo hablar de su padre y mirando su retrato.
De un cajón de la cómoda sacó una miniatura, en colores.
—Cuando era teniente de coraceros, en la campaña del Brasil.
Su brillante uniforme, su juventud, su gracia, contrastaban con la figura barbuda y destrozada de la vieja litografía.
—La Mazorca estaba enardecida por el pronunciamiento de Urquiza. ¿Sabés lo que hizo Escolástica? La madre se desmayó, pero ella se apoderó de la cabeza de su padre y corrió hasta aquí. Aquí se encerró con la cabeza del padre desde aquel año hasta su muerte, en 1932.
—¡En 1932!
—Sí, en 1932. Vivió ochenta años, aquí, encerrada con su cabeza. Aquí había que traerle la comida y sacarle todos los desperdicios. Nunca salió ni quiso salir. Otra cosa: con esa astucia que tienen los locos, había escondido la cabeza de su padre, de modo que nadie nunca la pudo sacar. Claro, la habrían podido encontrar de haberse hecho una búsqueda, pero ella se ponía frenética y no había forma de engañarla. "Tengo que sacar algo de la cómoda", le decían. Pero no había nada que hacer. Y nadie nunca pudo sacar nada de la cómoda, ni del bargueño, ni de la petaca esa. Y hasta que murió en 1932, todo quedó como había estado en 1852. ¿Lo creés?
—Parece imposible.
—Es rigurosamente histórico. Yo también pregunté muchas veces, ¿cómo comía? ¿Cómo limpiaban la pieza? Le llevaban la comida y lograban mantener un mínimo de limpieza. Escolástica era una loca mansa e incluso hablaba normalmente sobre casi todo, excepto sobre su padre y sobre la cabeza. Durante los ochenta años que estuvo encerrada nunca, por ejemplo, habló de su padre como si hubiese muerto. Hablaba en presente, quiero decir, como si estuviese en 1852 y como si tuviera doce años y como si su padre estuviese en Chile y fuese a venir de un momento a otro. Era una vieja tranquila. Pero su vida y hasta su lenguaje se habían detenido en 1852 y como si Rosas estuviera todavía en el poder. "Cuando ese hombre caiga", decía señalando con su cabeza hacia afuera, hacia donde había tranvías eléctricos y gobernaba Yrigoyen. Parece que su realidad tenía grandes regiones huecas o quizá como encerradas también con llave, y daba rodeos astutos como los de un chico para evitar hablar de esas cosas, como si no hablando de ellas no existiesen y por lo tanto tampoco existiese la muerte de su padre. Había abolido todo lo que estaba unido al degüello de Bonifacio Acevedo.
—¿Y qué pasó con la cabeza?
—En 1932 murió Escolástica y por fin pudieron revisar la cómoda y la petaca del comandante. Estaba envuelta en trapos (parece que la vieja la sacaba todas las noches y la colocaba sobre el bargueño y se pasaba las horas mirándola o quizá dormía con la cabeza allí, como un florero). Estaba momificada y achicada, claro. Y así ha permanecido.
—¿Cómo?
—Y por supuesto, ¿qué querés que se hiciera con la cabeza? ¿Qué se hace con una cabeza en semejante situación?
—Bueno, no sé. Toda esta historia es tan absurda, no sé.
—Y sobre todo tené presente lo que es mi familia, quiero decir los Olmos, no los Acevedo.
—¿Qué es tu familia?
—¿Todavía necesitás preguntarlo? ¿No lo oís al tío Bebe tocando el clarinete? ¿No ves dónde vivimos? Decíme, ¿sabés de alguien que tenga apellido en este país y que viva en Barracas, entre conventillos y fábricas? Comprenderás que con la cabeza no podía pasar nada normal, aparte de que nada de lo que pase con una cabeza sin el cuerpo correspondiente puede ser normal.
—¿Y entonces?
—Pues muy simple: la cabeza quedó en casa.
Martín se sobresaltó.
—¿Qué, te impresiona? ¿Qué otra cosa se podía hacer? ¿Hacer un cajoncito y un entierro chiquito para la cabeza?
Martín se rió nerviosamente, pero Alejandra permanecía seria.
—¿Y dónde la tienen?
—La tiene el abuelo Pancho, abajo, en una caja de sombreros. ¿Querés verla?
—¡Por amor de Dios! —exclamó Martín.
—¿Qué tiene? Es una hermosa cabeza, y te diré que me hace bien verla de vez en cuando, en medio de tanta basura. Aquéllos al menos eran hombres de verdad y se jugaban la vida por lo que creían. Te doy el dato que casi toda mi familia ha sido unitaria o lomos negros, pero que ni Fernando ni yo lo somos.
—¿Fernando? ¿Quién es Fernando?
Alejandra se quedó repentinamente callada, como si hubiese dicho algo de más.
Martín se quedó sorprendido. Tuvo la sensación de que Alejandra había dicho algo involuntario. Se había levantado, había ido hasta la mesita donde tenía el calentador y había puesto agua a calentar, mientras encendía un cigarrillo. Luego se asomó a la ventana.
—Vení —dijo, saliendo.
Martín la siguió. La noche era intensa y luminosa. Alejandra caminó por la terraza hacia la parte de adelante y luego se apoyó en la balaustrada.
—Antes —dijo— se veía desde aquí la llegada de los barcos al Riachuelo.
—Y ahora, ¿quién vive aquí?
—¿Aquí? Bueno, de la quinta no queda casi nada. Antes era una manzana. Después empezaron a vender. Ahí están esa fábrica y esos galpones, todo eso pertenecía a la quinta. De aquí, de este otro lado hay conventillos. Toda la parte de atrás de la casa también se vendió. Y esto que queda está todo hipotecado y en cualquier momento lo rematan.
—¿Y no te da pena?
Alejandra se encogió de hombros.
—No sé, tal vez lo siento por el Abuelo. Vive en el pasado, y se va a morir sin entender lo que ha sucedido en este país. ¿Sabés lo que pasa con el viejo? Pasa que no sabe lo que es la porquería, ¿entendés? Y ahora no tiene ni tiempo ni talento para llegar a saberlo. No sé si es mejor o es peor. La otra vez nos iban poner bando de remate y tuve que ir a verlo a Molinari para que arreglara el asunto.
—¿Molinari?
Martín volvía a oír ese nombre por segunda vez.
—Sí, una especie de animal mitológico. Como si un chancho dirigiese una sociedad anónima.
Martín la miró y Alejandra añadió, sonriendo:
—Tenemos cierto género de vinculación. Te imaginás que si ponen la bandera de remate el viejo se muere.
—¿Tu padre?
—Pero no, hombre: el abuelo.
—¿Y tu padre no se preocupa del problema?
Alejandra lo miró con una expresión que podría ser la mueca de un explorador a quien se le pregunta si en el Amazonas está muy desarrollada la industria automovilística.
—Tu padre —insistió Martín, de puro tímido que era, porque precisamente sentía que había dicho un disparate (aunque no sabía por qué) y que era mejor no insistir.
—Mi padre nunca está aquí —se limitó a aclarar Alejandra, con una voz que era distinta.
Martín, como los que aprenden a andar en bicicleta y tienen que seguir adelante para no caerse y que, gran misterio, terminan siempre por irse contra un árbol o cualquier otro obstáculo, preguntó:
—¿Vive en otra parte?
—¡Te acabo de decir que no vive acá!
Martín enrojeció.
Alejandra fue hacia el otro extremo de la terraza y permaneció allá un buen tiempo. Luego volvió y se acodó sobre la balaustrada, cerca de Martín.
—Mi madre murió cuando yo tenía cinco años. Y cuando tuve once lo encontré a mi padre aquí con una mujer. Pero ahora pienso que vivía con ella mucho antes que mi madre muriese.
Con una risa que se parecía a una risa normal como un criminal jorobado puede parecerse a un hombre sano agregó:
—En la misma cama donde yo duermo ahora.
Encendió un cigarrillo y a la luz del encendedor Martín pudo ver que en su cara quedaban restos de la risa anterior, el cadáver maloliente del jorobado.
Luego, en la oscuridad, veía como el cigarrillo de Alejandra se encendía con las profundas aspiraciones que ella hacía: fumaba, chupaba el cigarrillo con una avidez ansiosa y concentrada.
—Entonces me escapé de mi casa —dijo.

Ernesto Sabato El Túnel

El Túnel
El túnel (1948), es la primera novela publicada por Ernesto Sabato. Fruto de su inclusión en el mundo de las letras, este libro, es la primera experiencia de su autor después de abandonar las ciencias. La novela revela la incomunicación que sufre su personaje (Castel) y su continua búsqueda de un absoluto. Mediante esa necesidad de encontrar una esencia por lo que existir, Castel se vuelca hacia María Iribarne, quien da señales de haberlo comprendido. Mediante una mentalidad racionalizada, Castel, conduce sus sentimientos hacia una mezcla de sensaciones (amor, celos, desprecio; y su insatisfecha necesidad de comprensión) que lo llevan a cometer su crimen.
"—¿Qué lectura hace usted de "El túnel"?— En un primer "piso", es la confesión de un criminal que asesina por celos. En un piso más profundo, o, mejor dicho, en el piso más profundo, es el drama de la soledad, de la comunicación, de la búsqueda de lo absoluto".
del libro "Entre la letra y la sangre. Conversaciones con Carlos Catania", Buenos Aires, Seix Barral, 1988.

I
Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi persona.
Aunque ni el diablo sabe qué es lo que ha de recordar la gente, ni por qué. En realidad, siempre he pensado que no hay memoria colectiva, lo que quizá sea una forma de defensa de la especie humana. La frase "todo tiempo pasado fue mejor" no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que —felizmente— la gente las echa en el olvido. Desde luego, semejante frase no tiene validez universal; yo, por ejemplo, me caracterizo por recordar preferentemente los hechos malos y, así, casi podría decir que "todo tiempo pasado fue peor", si no fuera porque el presente me parece tan horrible como el pasado; recuerdo tantas calamidades, tantos rostros cínicos y crueles, tantas malas acciones, que la memoria es para mí como la temerosa luz que alumbra un sórdido museo de la vergüenza. ¡Cuántas veces he quedado aplastado durante horas, en un rincón oscuro del taller, después de leer una noticia en la sección policial! Pero la verdad es que no siempre lo más vergonzoso de la raza humana aparece allí; hasta cierto punto, los criminales son gente más limpia, más inofensiva; esta afirmación no la hago porque yo mismo haya matado a un ser humano: es una honesta y profunda convicción. ¿Un individuo es pernicioso? Pues se lo liquida y se acabó. Eso es lo que yo llamo una buena acción. Piensen cuánto peor es para la sociedad que ese individuo siga destilando su veneno y que en vez de eliminarlo se quiera contrarrestar su acción recurriendo a anónimos, maledicencia y otras bajezas semejantes. En lo que a mí se refiere, debo confesar que ahora lamento no haber aprovechado mejor el tiempo de mi libertad, liquidando a seis o siete tipos que conozco.
Que el mundo es horrible, es una verdad que no necesita demostración. Bastaría un hecho para probarlo, en todo caso: en un campo de concentración un ex pianista se quejó de hambre y entonces lo obligaron a comerse una rata, pero viva.
No es de eso, sin embargo, de lo que quiero hablar ahora; ya diré más adelante, si hay ocasión, algo más sobre este asunto de la rata.

II
Como decía, me llamo Juan Pablo Castel. Podrán preguntarse qué me mueve a escribir la historia de mi crimen (no sé si ya dije que voy a relatar mi crimen) y, sobre todo, a buscar un editor. Conozco bastante bien el alma humana para prever que pensarán en la vanidad. Piensen lo que quieran: me importa un bledo; hace rato que me importan un bledo la opinión y la justicia de los hombres. Supongan, pues, que publico esta historia por vanidad. Al fin de cuentas estoy hecho de carne, huesos, pelo y uñas como cualquier otro hombre y me parecería muy injusto que exigiesen de mí, precisamente de mí, cualidades especiales; uno se cree a veces un superhombre, hasta que advierte que también es mezquino, sucio y pérfido. De la vanidad no digo nada: creo que nadie está desprovisto de este notable motor del Progreso Humano. Me hacen reír esos señores que salen con la modestia de Einstein o gente por el estilo; respuesta: es fácil ser modesto cuando se es célebre; quiero decir parecer modesto. Aun cuando se imagina que no existe en absoluto, se la descubre de pronto en su forma más sutil: la vanidad de la modestia. ¡Cuántas veces tropezamos con esa clase de individuos! Hasta un hombre, real o simbólico, como Cristo, pronunció palabras sugeridas por la vanidad o al menos por la soberbia. ¡Qué decir de León Bloy, que se defendía de la acusación de soberbia argumentando que se había pasado la vida sirviendo a individuos que no le llegaban a las rodillas? La vanidad se encuentra en los lugares más inesperados: al lado de la bondad, de la abnegación, de la generosidad. Cuando yo era chico y me desesperaba ante la idea de que mi madre debía morirse un día (con los años se llega a saber que la muerte no sólo es soportable sino hasta reconfortante), no imaginaba que mi madre pudiese tener defectos. Ahora que no existe, debo decir que fue tan buena como puede Ilegar a serlo un ser humano. Pero recuerdo, en sus últimos años, cuando yo era un hombre, cómo al comienzo me dolía descubrir debajo de sus mejores acciones un sutilísimo ingrediente de vanidad o de orgullo. Algo mucho más demostrativo me sucedió a mí mismo cuando la operaron de cáncer. Para Ilegar a tiempo tuve que viajar dos días enteros sin dormir. Cuando llegué al lado de su cama, su rostro de cadáver logró sonreírme levemente, con ternura, y murmuró unas palabras para compadecerme (¡ella se compadecía de mi cansancio!). Y yo sentí dentro de mí, oscuramente, el vanidoso orgullo de haber acudido tan pronto. Confieso este secreto para que vean hasta qué punto no me creo mejor que los demás.
Sin embargo, no relato esta historia por vanidad. Quizá estaría dispuesto a aceptar que hay algo de orgullo o de soberbia. Pero ¿por qué esa manía de querer encontrar explicación a todos los actos de la vida? Cuando comencé este relato estaba firmemente decidido a no dar explicaciones de ninguna especie. Tenía ganas de contar la historia de mi crimen, y se acabó: al que no le gustara, que no la leyese. Aunque no lo creo, porque precisamente esa gente que siempre anda detrás de las explicaciones es la más curiosa y pienso que ninguno de ellos se perderá la oportunidad de leer la historia de un crimen hasta el final.
Podría reservarme los motivos que me movieron a escribir estas páginas de confesión; pero como no tengo interés en pasar por excéntrico, diré la verdad, que de todos modos es bastante simple: pensé que podrían ser leídas por mucha gente, ya que ahora soy célebre; y aunque no me hago muchas ilusiones acerca de la humanidad en general y de los lectores de estas páginas en particular, me anima la débil esperanza de que alguna persona Ilegue a entenderme. AUNQUE SEA UNA SOLA PERSONA.
¿Por qué —se podrá preguntar alguien— apenas una débil esperanza si el manuscrito ha de ser leído por tantas personas? Este es el género de preguntas que considero inútiles. Y no obstante hay que preverlas, porque la gente hace constantemente preguntas inútiles, preguntas que el análisis más superficial revela innecesarias. Puedo hablar hasta el cansancio y a gritos delante de una asamblea de cien mil rusos:nadie me entendería. ¿Se dan cuenta de lo que quiero decir?
Existió una persona que podría entenderme. Pero fue, precisamente, la persona que maté.

VIII
Mientras volvía a mi casa profundamente deprimido, trataba de pensar con claridad. Mi cerebro es un hervidero, pero cuando me pongo nervioso las ideas se me suceden como en un vertiginoso ballet; a pesar de lo cual, o quizá por eso mismo, he ido acostumbrándome a gobernarlas y ordenarlas rigurosamente; de otro modo creo que no tardaría en volverme loco.
Como dije, volví a casa en un estado de profunda depresión, pero no por eso dejé de ordenar y clasificar las ideas, pues sentí que era necesario pesar con claridad si no quería perder para siempre a la única persona que evidentemente había comprendido mi pintura.
O ella entró en la oficina para hacer una gestión, o trabajaba allí; no había otra posibilidad. Desde luego, esta última era la hipótesis más favorable. En este caso, al separarse de mí se habría sentido trastornada y decidiría volver a su casa: era necesario esperarla, pues, al otro día frente a la entrada.
Analicé luego la otra posibilidad: la gestión. Podría haber sucedido que, trastornada por el encuentro, hubiera vuelto a la casa y decidido dejar la gestión para el otro día. También en este caso correspondía esperarla en la entrada.
Estas dos eran las posibilidades favorables. La otra era terrible: la gestión había sido hecha mientras yo llegaba al edificio y durante mi aventura de ida y vuelta en el ascensor. Es decir, que nos habíamos cruzado sin vernos. El tiempo de todo este proceso era muy breve y era muy improbable que las cosas hubieran sucedido de este modo, pero era posible: bien podía consistir la famosa gestión en entregar una carta, por ejemplo. En tales condiciones creí inútil volver al otro día a esperar.
Había, sin embargo, dos posibilidades favorables y me aferré a ellas con desesperación.
Llegué a mi casa con una mezcla de sentimientos: por un lado, cada vez que pensaba en la frase que ella había dicho (''La recuerdo constantemente''), mi corazón latía con violencia y sentí que se me habría una oscura pero vasta y poderosa perspectiva; intuí que una gran fuerza, hasta ese momento dormida, se desencadenaría en mí. Por otro lado imaginé que podía pasar mucho tiempo antes de volver a encontrarla. Me encontré diciendo en alta voz, varias veces: ''Es necesario, es necesario''.

XI
Pasé una noche agitada. No pude dibujar ni pintar, aunque intenté muchas veces empezar algo. Salí a caminar y de pronto me encontré en la calle Corrientes. Me pasaba algo muy extraño: miraba con simpatía a todo el mundo. Creo haber dicho que me he propuesto hacer este relato en forma totalmente imparcial y ahora daré la primera prueba, confesando uno de mis peores defectos: siempre he mirado con antipatía y hasta con asco a la gente, sobre todo a la gente amontonada; nunca he soportado las playas en verano. Algunos hombres, algunas mujeres aisladas me fueron muy queridos, por otros sentí admiración (no soy envidioso), por otros tuve verdadera simpatía; por los chicos siempre tuve ternura y compasión (sobre todo cuando, mediante un esfuerzo mental, trataba de olvidar que al fin serían hombres como los demás); pero, en general, la humanidad me pareció siempre detestable. No tengo inconvenientes en manifestar que a veces me impedía pintar durante una semana el haber observado un rasgo; es increíble hasta qué punto la codicia, la envidia, la petulancia, la grosería, la avidez y, en general, todo ese conjunto de atributos que forman la condición humana pueden verse en una cara, en una manera de caminar, en una mirada. Me parece natural que después de un encuentro así uno no tenga ganas de comer, de pintar, ni aún de vivir. Sin embargo, quiero hacer constar que no me enorgullezco de esta característica: sé que es una muestra de soberbia y sé, también, que mi alma ha albergado muchas veces la codicia, la petulancia, la avidez y la grosería. Pero he dicho que me propongo narrar esta historia con entera imparcialidad, y así lo haré.
Esa noche, pues, mi desprecio por la humanidad parecía abolido o, por lo menos, transitoriamente ausente. Entré en el café Marzotto. Supongo que ustedes saben que la gente va allí a oír tangos, pero a oírlos como un creyente en Dios oye La pasión según San Marín.

Ernesto Sabato


Ernesto Sabato (pronunciado «Sábato»)[2] (Rojas, Provincia de Buenos Aires; 24 de junio de 1911) es un escritor, ensayista y artista plástico argentino. Ha escrito tres novelas, El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador, así como diferentes ensayos sobre la condición humana.

Biografía

Primeros años Ernesto Sabato nació el 24 de junio de 1911 en la ciudad de Rojas, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Hijo de Francisco Sabato y Juana María Ferrari, fue el décimo hijo de once. Nació poco tiempo después de la muerte de su noveno hermano, Ernestito, por lo que el lleva su nombre.[3]

En 1924 egresó de la Escuela primaria de Rojas y viajó a La Plata para realizar sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de La Plata, donde conoció al profesor Pedro Henríquez Ureña, a quien luego citaría como inspiración para su carrera literaria.[4] En el año 1929 ingresó a la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad Nacional de La Plata.

Fue un activo militante del movimiento de Reforma Universitaria,[5] fundando el Grupo Insurrexit en 1933, de tendencia comunista, junto con Héctor P. Agosti, Ángel Hurtado de Mendoza y Paulino González Alberdi, entre otros.[6]

En el año 1933 fue elegido Secretario General de la Federación Juvenil Comunista.[7] Y en un curso sobre marxismo conoció a Matilde Kusminsky Richter, una estudiante de 17 años, la cual abandonó la casa de sus padres para vivir con él.[8] En 1934 comenzó a tener dudas sobre el comunismo y sobre la dictadura de Stalin. El partido, que advirtió este cambio, decidió enviarlo por dos años a las Escuelas Leninistas de Moscú, en dónde, según las palabras de Sabato:

Era un lugar en donde uno se curaba o terminaba en un gulag o en un hospital psiquiátrico.


Ernesto Sabato.[9]

Antes de Moscú, viajó a Bruselas como delegado del Partido Comunista de la Argentina al Congreso contra el Fascismo y la Guerra. Una vez allí, temiendo que de ir a Moscú no regresaría, abandonó el Congreso y huyó a París.[9] Es en París dónde escribe su primera novela llamada "La Fuente Muda".[7] [9] Regresó a Buenos Aires en 1936 y contrajo matrimonio por civil con Matilde Kusminsky Richter.

Sus años como investigador En 1938 obtuvo el Doctorado en Física en la Universidad Nacional de La Plata. Gracias a Bernardo Houssay, le fue concedida una beca anual para realizar trabajos de investigación sobre radiaciones atómicas en el Laboratorio Curie en París.[7] El 25 de mayo de 1938 nace su primer hijo, Jorge Federico. En París entra en contacto con el movimiento surrealista y con la obra de Oscar Domínguez, Benjamín Péret, Roberto Matta Echaurren, Esteban Francés, entre otros. Esto marcaría una profunda influencia en sus futuras obras.[10]

Durante ese tiempo de antagonismos, por la mañana me sepultaba entre electrómetros y probetas y anochecía en los bares, con los delirantes surrealistas. En el Dome y en el Deux Magots, alcoholizados con aquellos heraldos del caos y la desmesura, pasábamos horas elaborando cadáveres exquisitos.


Ernesto Sabato.[10] [3]
En 1939 fue transferido al Massachusetts Institute of Technology (MIT), por lo que abandonó París antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Regresó a Argentina en 1940 con la decisión de abandonar la ciencia, pero para cumplir con quienes le habían otorgado la beca se desempeña como profesor en la Universidad de La Plata, en la cátedra de ingreso a Ingeniería y en un postgrado sobre Relatividad y Mecánica Cuántica. En el año 1943, debido a una crisis existencial, decide alejarse de forma definitiva del área científica, para dedicarse de lleno a la literatura y la pintura.[9]

Plantilla:CitaEn el Laboratorio Curie, en una de las más altas metas a las que podía aspirar un físico, me encontré vacío de sentido. Golpeado por el descreimiento, seguí avanzando por una fuerte inercia que mi alma rechazaba.

A fines de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, nace su segundo hijo, Mario Sabato.


Carrera literaria
En 1941 aparece su primer trabajo literario, un artículo sobre "La invención de Morel" de Adolfo Bioy Casares, en la revista Teseo de La Plata. También publica una colaboración en la revista Sur, por intervención de Pedro Henríquez Ureña. En 1942 continúa colaborando en la revista Sur con reseñas de libros, se encarga de la sección "Calendario" y participa del "Desagravio a Borges" en el Nº 94 de Sur. Publica artículos en el Diario La Nación y se publica su traducción de "Nacimiento y muerte del sol" de George Gamow. Al año siguiente publicaría la traducción de "El ABC de la relatividad" de Bertrand Russell.

En 1945 publicó su primer libro, Uno y el universo, una serie de artículos filosóficos en los que critica la aparente neutralidad moral de la ciencia y alerta sobre los procesos de deshumanización en las sociedades tecnológicas. Con el tiempo irá avanzando hacia posturas libertarias y humanistas. Ese mismo año recibe por el libro el primer premio de prosa de la Municipalidad de Buenos Aires y la faja de honor de la Sociedad Argentina de Escritores.

En 1948 después de haber llevado los manuscritos de su novela a las editoriales de Buenos Aires y de ser rechazado por todas, publicó en la revista Sur El túnel, una novela psicológica narrada en primera persona. Enmarcada en el existencialismo, una corriente filosófica de enorme difusión en la época de posguerra, El túnel recibió críticas entusiastas de Albert Camus, quien lo hizo traducir por Gallimard al francés. Aparte de éste, la novela ha sido traducida a más de diez idiomas.[11]

En 1951 se publicó el ensayo "Hombres y engranajes" bajo la editorial Emecé y al año siguiente, en 1952 se estrena en la Argentina la película de "El túnel", una producción de Argentina Sono Film, dirigida por León Klimovsky.[12] En 1953, nuevamente bajo la editorial Emecé publica el ensayo "Heterodoxia".

En 1955 es nombrado interventor de la revista Mundo Argentino por el gobierno de facto impuesto por la Revolución Libertadora, puesto al que renunciaría al año siguiente por haber denunciado la aplicación de torturas a militantes obreros.[13] Ese mismo año publica "El otro rostro del peronismo: Carta abierta a Mario Amadeo", en dónde sin abdicar de sus antipatías hacia la figura del ex presidente Juan Domingo Perón, efectúa la defensa de Evita y sus seguidores; posición que le crearía numerosas críticas de los sectores intelectuales argentinos, que eran mayoritariamente opositores al régimen derrocado.[13]

En 1958 durante la presidencia de Arturo Frondizi, Sabato es nombrado Director de Relaciones Culturales en el Ministerio de Relaciones Exteriores; puesto al que renunciaría al año siguiente por discrepancias con el gobierno.[9]

En 1961 publicó Sobre héroes y tumbas, que ha sido considerada como una de las mejores novelas argentinas del siglo XX.[14] [15] Se trata de una novela que narra la historia de una familia aristocrática argentina en decadencia, intercalada con relato intimista sobre la muerte del General Juan Lavalle, héroe de la Independencia.

Cuando decidí tomarlo para mi novela, no era, en modo alguno el deseo de exaltar a Lavalle, ni de justificar el fusilamiento de otro gran patriota como fue Dorrego, sino el de lograr mediante el lenguaje poético lo que jamás se logra mediante documentos de partidarios y enemigos; intentar penetrar en ese corazón que alberga el amor y el odio, las grandes pasiones y las infinitas contradicciones del ser humano en todos los tiempos y circunstancias, lo que sólo se logra mediante lo que debe llamarse poesía, no en el estrecho y equivocado sentido que se le da en nuestro tiempo a esa palabra, sino en su más profundo y primigenio significado.


Ernesto Sabato.[16]
La novela también incluye el Informe sobre ciegos que a veces se ha publicado como pieza separada,[17] y sobre el cual su hijo, Mario Sabato realizó una película.[18] En 1965 se lanzó el disco "Romance de la muerte de Juan Lavalle", con textos recitados de "Sobre héroes y tumbas" y canciones con letra de Sabato y música de Eduardo Falú.

Su siguiente novela, "Abaddón el exterminador" se publicó en 1974; de corte autobiográfico con una estructura narrativa fragmentaria y de argumento apocalíptico en el cual Sabato se incluye a sí mismo como personaje principal y retoma a algunos de los personajes ya aparecidos en "Sobre héroes y tumbas". Ese mismo año recibe el Gran Premio de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).[19]

En el año 1975 recibe el Premio de Consagración Nacional de la Argentina y dos años más tarde "Abaddón, el exterminador" obtiene el título a mejor libro extranjero en Francia,[20] y en Italia recibe el Premio Medici.[21] Al año siguiente, en 1978 le otorgan la Gran Cruz al mérito civil en España. En el año 1979 es distinguido en Francia como Comandante de la Legión de Honor.

Por solicitud del presidente Raúl Alfonsín, presidió entre los años de 1983 y 1984 la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), cuya investigación, plasmada en el libro Nunca Más, abrió las puertas para el juicio a las juntas militares de la dictadura. En 1984 recibe el Premio Cervantes, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires lo nombra Ciudadano Ilustre, recibe la Orden de Boyacá en Colombia y la OEA le otorga el Premio Gabriela Mistral. Dos años más tarde, en 1986 le entregan la Gran Cruz de Oficial de la República Federal de Alemania. Al año siguiente es distinguido con el título de Comandante de la Legión de Honor de Francia. En 1989, recibe en Israel el Premio Jerusalén. El mismo año es nombrado Doctor honoris causa por la Universidad de Murcia, España; en 1991 por la Universidad de Rosario y la Universidad de San Luis de Argentina, y en 1995 por parte de la Universidad de Turín, Italia.[9] [21] [22]

El 21 de diciembre de 1990, en su casa de Santos Lugares se casa por iglesia con Matilde Kusminsky Richter. La ceremonia fue oficiada por el Monseñor Justo Laguna y Monseñor Jorge Casaretto.

En 1995 muere su hijo Jorge Federico en un accidente automovilístico. En 1997 recibe el XI Premio Internacional Menéndez Pelayo.[23] El 30 de septiembre de 1998 fallece su esposa, Matilde Kusminsky Richter. Ese mismo año publica sus memorias bajo el título de "Antes del fin" y el 4 de junio de 2000 publica "La Resistencia" en la página de Internet del Diario Clarín, convirtiéndose de esta manera en el primer de un escritor de lengua española publicar un libro gratuitamente en Internet antes que en papel.[9] [24] [25] La edición en papel sería lanzada el 16 de junio.

En la actualidad reside en Santos Lugares, Provincia de Buenos Aires, donde sólo se dedica a la pintura, ya que por prohibición médica no puede ni leer ni escribir.



Activismo e ideología política En su juventud, Sabato fue un activista del Partido Comunista, en dónde llegó a Secretario General de la Federación Juvenil Comunista.[7] Posteriormente Sabato se alejaría del comunismo marxista, desilusionado por el rumbo que había tomado el gobierno de Stalin en la Unión Soviética.[3]

Detractor del peronismo, Sabato fue uno de los primeros en aportar una interpretación al régimen del General Juan Domingo Perón tras el derrocamiento de su segundo gobierno, el cual apareció publicado bajo el título de "El otro rostro del peronismo" en el año 1956. En este ensayo, Sabato critica duramente al peronismo sosteniendo que "el motor de la historia es el resentimiento que, en el caso argentino, se acumula desde el indio, el gaucho, el gringo, el inmigrante y el trabajador moderno, hasta conformar el germen del peronista, el principal resentido y olvidado".[26] [27]

El desconocido coronel Perón, cuya estrella empezaba a levantarse sobre el horizonte vio claro que había llegado para el país la era de las masas. Y tanto su aprendizaje en Italia, su natural tendencia al fascismo, su infalible olfato para la demagogia, su idoneidad para intuir y despertar las peores pasiones de la multitud, su propia experiencia de resentido social -hijo natural como era- y por lo tanto su comprensión y valoración del resentimiento como resorte primordial de un gran movimiento de masas, y finalmente su absoluta falta de escrúpulos; todo lo capacitaba para convertirse no solamente en el jefe de las multitudes argentinas sino también en su explotador.


Ernesto Sabato.[26] [27]
A pesar de ser sus críticas al movimiento peronista, y de Juan Domingo Perón, Sabato alabaría y encontraría un sentido muy justo a la imagen de Eva Duarte, declarando que ella fue "la auténtica revolucionaria".[28] [29] Posteriormente, Sabato no quiso reeditar el "El otro rostro del peronismo"; y para 1987, cuando se publicaron sus Obras Completas se aseguró en el prefacio que este ensayo sería publicado en un nuevo tomo de escritos políticos que hasta el día de hoy no fue editado.[26]

El 19 de mayo de 1976, Jorge Rafael Videla protagonizó un almuerzo con un grupo de intelectuales argentinos, entre los que se contaban Ernesto Sabato, Jorge Luis Borges, Horacio Esteban Ratti y el padre Leonardo Castellani. Luego de la comida, Sabato declaró a la prensa:

Es imposible sintetizar una conversación de dos horas en pocas palabras, pero puedo decir que con el Presidente de la Nación hablamos de la cultura en general, de temas espirituales, culturales, históricos y vinculados con los medios masivos de comunicación. [...] Hubo un altísimo grado de comprensión y respeto mutuo. En ningún momento el diálogo descendió a la polémica literaria o ideológica. Tampoco incurrimos en el pecado de caer en la banalidad. Cada uno de nosotros vertió, sin vacilaciones, su concepción personal de los temas abordados.


Ernesto Sabato[30] [31] [32]
Este episodio le traería numerosas críticas en los años siguientes, entre los cuales, el escritor anarquista Osvaldo Bayer acusaría a Sabato de "formar parte de la hipocresía argentina".[33] Una vez terminada la dictadura militar, Sabato presidió la CONADEP, una comisión encargada de investigar las violaciones a los derechos humanos ocurridos en la Argentina entre 1976 y 1983 a manos del Proceso de Reorganización Nacional. Esa investigación fue plasmada en el libro Nunca Más (o también llamado Informe Sabato), el cual abrió las puertas para el juicio a las Juntas de la dictadura militar.

En sus últimos escritos y apariciones públicas, Ernesto Sabato ha declarado considerar que "es desde una actitud anarcocristiana que habremos de encaminar la vida".[3]

¡Yo soy un anarquista! Un anarquista en el sentido mejor de la palabra. La gente cree que anarquista es el que pone bombas, pero anarquistas han sido los grandes espíritus como, por ejemplo León Tolstoi.


Ernesto Sabato[34] [3]
Aunque fui comunista activista, el anarquismo siempre me ha parecido una vía de conseguir justicia social con libertad plena. Y valoro el cristianismo del Evangelio. Este siglo es atroz y va a terminar atrozmente. Lo único que puede salvarlo es volver al pensamiento poético, a ese anarquismo social, y al arte.


Ernesto Sabato[35]
Luego de su deserción del socialismo de Estado, Sábato ha abogado en general por una sociedad basada en el la libertad individual y la asociación libre, en el cooperativismo en la ciencia y la economía y en la descentralización política.

La formidable crisis del hombre, esta crisis total, está sirviendo al menos para reconsiderar los modelos. Y no es casualidad que en diferentes partes del mundo empiece a reivindicarse otro tipo de socialismo, más cercano a aquel que preconizaba Proudhon, o al que en nuestros tiempos han sostenido espíritus nobles y lúcidos como Mounier, entre los cristianos y Bertrand Russell, entre los agnósticos. [...] Un socialismo que respete la persona, que termine con la alienación y la sociedad de consumo, que termine con la miseria física pero también con la espiritual, que ponga la técnica y la ciencia al servicio del hombre y no, como está sucediendo, el hombre al servicio de aquellas. Un socialismo descentralizado que evite los pavorosos males del superestado, de la policía secreta y de los campos de concentración [...][36]

Recientemente, Ernesto Sábato brindó su apoyo y se unió a la amplia lista de prominentes figuras de la América Latina que han manifestado su apoyo a la independencia de Puerto Rico a través de su adhesión a la Proclama de Panamá aprobada por unanimidad en el Congreso Latinoamericano y Caribeño por la Independencia de Puerto Rico celebrado en Panamá en noviembre de 2006.

sábado, 29 de marzo de 2008


Un mundo feliz (fragmento)
" La enorme pieza del piso bajo estaba orientada hacia el Norte. A pesar del calor del exterior y de la temperatura casi tropical del interior, solo una luz cruda, pálida e invernal, se filtraba a través de los cristales buscando con avidez algunos ensabanados cuerpos yacentes, algún trozo de carne descolorida, producto de disecciones académicas; pero solo hallaba cristal y níquel y las pulidas y frías porcelanas del laboratorio. Invierno respondía a invierno. Blancas eran las batas de los que allí trabajaban con manos enfundadas en guantes de goma de color cadavérico. La luz era helada, muerta, fantasmal. Solo los tubos amarillos de los microscopios le prestaban algo de vida mientras resbalaba lúbricamente sobre su pulidez, formando una larga serie de ricos destellos a lo largo de las mesas de trabajo. "

Pequeña aclaración: las obras, mías; los fragmentos, de Huxley; lo demás, mi invento.

Aldous Huxley: El tiempo debe detenerse (fragmento)

" La Esclavitud del pensamiento a la vida es uno de nuestros temas favoritos. Bergson y los Pragmatistas, Adler y Freud, los muchachos del materialismo Dialéctico y del Objetivismo, todos enuncian sonoramente sus variaciones en torno a él. La mente no es sino instrumento para fabricar instrumentos, está controlada por fuerzas inconscientes ya sea sexuales o agresivas, es el producto de presiones económicas y sociales, un montón de reflejos condicionados, Todo absolutamente cierto hasta aquí; pero falso si no va más allá... El pensamiento es el esclavo de la vida. Esto es evidente. Pero si al mismo tiempo no fuese algo más, no podríamos hacer ni siquiera esta generalización parcialmente válida. El significado de la segunda cláusula es principalmente práctico. La vida es juguete del tiempo. Por el mero hecho de esfumarse, el tiempo convierte en un absurdo todo el planteamiento consciente de la vida. Y sin embargo, la única fe de una mayoría de europeos y de los americanos del siglo veinte es una fe en el futuro... por el cual están dispuestos a sacrificar su única posesión tangible; el Presente... pero... el tiempo debe detenerse... Solamente tomando en cuenta el hecho de la eternidad podremos liberar al pensamiento de la esclavitud de la vida. Y solamente entregando deliberadamente nuestra atención y nuestra fe a la eternidad podemos impedir que el tiempo convierta nuestras vidas en una bufonada diabólica. "

El desastre de la composición, una armonía de desastre.
El universo interactúa entre sí, se crean lazos, se desarman, se rompen y vuelven a unirse para seguir el eterno guión de la vida.

Un pasado que se pierde, un presente que es lo único que vale la pena mirar y ser considerado importante. ¿Futuro? nadie niega que existe pero justamente nadie sabe si llegaremos a contemplarlo como tal, si tendremos alguno. Aquella es la dirección en la que la mirada se pierde, y se pregunta constantemente con desconfianza sobre aquello que se extiende hacia el horizonte, quizá demasiado neblinoso para ser contemplado.

Walter Gropius

Walter Gropius (18 de mayo de 1883 - 5 de julio de 1969) fue un arquitecto, urbanista y diseñador alemán. Nació en Berlín, hijo y nieto de arquitectos. Estudió arquitectura en Munich y en Berlín. Después de sus estudios trabajó durante tres años en el despacho de Peter Behrens y a continuación se independizó. Entre 1910 y 1915 se dedicó principalmente a la reforma y ampliación de la fábrica de Fagus en Alfeld. Con sus estructuras metálicas finas, sus grandes superficies acristaladas, sus cubiertas planas, y sus formas ortogonales, esta obra se convirtió en pionera de la arquitectura moderna.

Gropius fue el fundador de la famosa escuela de diseño Bauhaus, en la que se enseñaba a los estudiantes a utilizar materiales modernos e innovadores para crear edificios, muebles y objetos originales y funcionales. Ocupó el cargo de esta escuela, primero de Weimar y luego en Dessau, desde 1919 hasta 1928.

A partir de 1926 Gropius se dedicó intensamente a los grandes bloques de viviendas, en los que veía la solución a los problemas urbanísticos y sociales. También abogó en favor de la racionalización de la industria de la construcción, para permitir construir de forma más rápida y económica. Diseño numerosos complejos de viviendas, en los que aplicó sus ideas.

En 1934 Gropius abandonó Alemania al sufrir agresiones de los Nazis a su trabajo y a la escuela Bauhaus. Vivió y trabajó tres años en Inglaterra y después se trasladó a los Estados Unidos, donde fue profesor de arquitectura en la escuela de diseño de Harvard. En 1946 fundó un grupo de jóvenes arquitectos, que se denominó The Architects Collaborative, Inc., más conocido como TAC. Durante varios años se ocupó personalmente de dirigir y formar el grupo.

Los edificios de Gropius reflejan el más puro estilo de la Bauhaus, ya que están construidos con materiales nuevos, que les confieren un aspecto moderno, desconocido en aquella época. Sus fachadas son lisas y de líneas claras, y carecen de elementos ornamentales innecesarios. Con ello, Gropius ha sido uno de los creadores del llamado "estilo internacional" en la arquitectura.

Gropius murió en Boston a los 84 años de edad.

Francis Bacon





Francis Bacon (* Dublín, Irlanda, 28 de octubre de 1909 –† Madrid, España, 28 de abril de 1992) Pintor anglo-irlandés, de estilo muy personal que puede definirse como figuración expresionista.

Primeros años Aunque nació en Dublín y toda su niñez transcurrió en Irlanda, se le suele considerar un pintor inglés de origen irlandés debido a sus raíces familiares inglesas. Su padre entrenaba caballos de carreras en Dublín pero debido a la Primera Guerra Mundial tuvo que mudarse con su familia a Londres en 1914. Entre 1914 y 1925 su familia vivió entre Inglaterra e Irlanda. Su infancia fue dura, ya que tuvo una educación poco convencional, padecía de asma crónica y su padre tenía un temperamento colérico: le expulsó de casa a los 16 años. Siendo adolescente, Bacon mantuvo sus primeras relaciones sexuales con hombres.

Comienzo en el arte En 1926 (se sugiere que por su prima Diana Watson) comenzó a tomar lecciones de dibujo en la Escuela de San Martín de Arte.

A partir de 1927 vive entre París y Berlín donde comienza a trabajar como decorador de interiores y es en esta etapa cuando empieza a pintar, no gozando de éxito sus primeros cuadros. Es también en estos años cuando conoce la obra de pintores tales como Grosz, Otto Dix y Max Beckmann. Sin embargo la influencia más importante, que lo lleva a pintar, es una visita a una exposición de Picasso en París, la cual le impresiona y que será una influencia en su trabajo: "Aquellos pierrots, desnudos, paisajes y escenarios me impresionaron mucho, y después pensé que quizá yo también podría pintar".

Bacon decidió que el tema de sus pinturas sería "la vida en la muerte", debía buscar a su "yo" más vital, pero también al más autodestructivo. Michael Leiris (un gran amigo francés) le sugirió que "el masoquismo, el sadismo y casi todos los vicios, en realidad, eran tan solo maneras de sentirse más humano".

En 1929 regresa a Londres, y de forma autodidacta comienza a pintar en óleo. Hacia 1930 inaugura su primer taller. No obstante no había logrado el reconocimiento, y cuando cumplió 35 años, por su carácter temperamental, destruyó casi todos sus cuadros. Es hacia 1944 cuando finaliza el tríptico Tres estudios de figuras junto a una crucifixión (Three Studies for Figures at the Base of a Crucifixion), un cuadro que ganó la aceptación y fue recibido muy bien por la crítica, además de ser considerado como uno de los cuadros más originales en el arte del siglo XX.

En 1949, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), compró una obra suya, también en este año comienza la serie inspirada en el Retrato del papa Inocencio X de Velázquez (Palazzo Doria-Pamphili de Roma), de la que hoy en día se conservan más de 40 cuadros, y empezó a conformar su propio estilo.

Sus Obras Los cuadros de Bacon tienen influencia de Munch en los trazos y de las tonalidades de Van Gogh; también se percibe la influencia de Goya ya que plasmó la angustia en sus cuadros. En sus cuadros trabajó la representación de la figura masculina o femenina, que por lo general aparece de forma desfigurada e incluso de forma aterradora, en espacios cerrados y oscuros.

Los retratos y autorretratos son una gran parte de las pinturas; destaca entre ellos George Dyer en un espejo (Portrait of George Dyer In a Mirror 1968, Museo Thyssen-Bornemisza Madrid), en donde refleja la fragilidad del ser. Refleja la época que vivió, la Segunda Guerra Mundial.

En otros cuadros como Cabeza rodeada de carne de vaca (Head Surrounded by Sides of Beef, (1954, Instituto de Arte de Chicago) o series como Perros que gruñen (Dogs) Bacon refleja el belicismo, la capacidad del ser humano por ser violento y la inclinación de la naturaleza humana por la violencia.

A lo largo de toda su carrera Bacon recurrió al informalismo, el expresionismo y al surrealismo, pero sus cuadros pertenecen al racionalismo. Aunque para algunos autores la obra de Francis Bacon, no pertenece a tal corriente. Se trara de una pintura de corte expresionista pero muy difícil de clasificar, porque nunca perteneció a ningún movimiento artístico. Simplemente prosiguió lo que él consideró [en las entrevistas publicada que le hizo David Sylvester a lo largo de los años sesenta] una linea pictórica "postpicasiana", siguiendo la vía abierta que Picasso dejó con la figuración y la representación obsesiva del cuerpo humano. Según el filósofo francés Gilles Deleuze, autor de uno de los ensayos que mejor analizan la obra del pintor(Francis Bacon: Logique de la sensation), la figuras de Bacon son las que mejor representan al hombre del siglo XX: si Cézanne lo hizo con el Paisaje, Giacometti y Bacon llevaron al hombre a su mejor representación artística, en relación al hombre angustiado por la vida, pero entusiasmado por el arte.

Otros museos españoles que cuentan con obra de Bacon son el Museo Reina Sofía de Madrid ("Desnudo tumbado") y el Museo de Bellas Artes de Bilbao ("Figura recostada ante un espejo").

Obra

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