sábado, 7 de junio de 2008

Fundamentos Teoricos, La modernidad

Primer Parcial- Fundamentos Teóricos de la Producción Artística


Consignas:

1- Qué ideas encuentra entre las ideas de modernidad Berman, Toulmin y los autores como De Sousa Santos, Quijano, García Canclini. Compárelos.
2- A Partir de la idea de cultura que revindica Barbero: componga un trabajo componga un cuadro con los autores trabajados en su texto usando contenidos de la propia bibliografía de los autores citados.

La idea de modernidad es la idea de un proyecto burgués. El devenir de este proyecto implica que forzosamente la idea progreso fue adaptándose, destilándose, desde la idea de providencia medieval hacia la ilustración, con el progreso indefinido. La secularización del tiempo, más la secularización de las ideas son una de las consecuencias del proyecto moderno. Podemos decir que el europeo, por primera vez en su historia considerará con una misión particular la de civilizar al mundo. Esta idea de ordenar el mundo según los intereses de Europa será uno de los síntomas más graves. El eurocentrismo con el tiempo se vuelve contraproducente. Toda Europa se va organizando, para favorecer un nuevo sistema. El capitalismo, será el nuevo sistema. La idea del capital será que la reorganizará la economía desde el siglo XVI. Aunque de forma lenta. Los burgueses, van pasando a formas mixtas de dominación bajo el imperio de los nobles.

La revolución francesa, sería el proceso en que la historia tendría que darse, “La aparición de los derechos del hombre y del ciudadano”. Un cambio progresivo hacia el proyecto de un nuevo paraíso. La capacidad del hombre de dominar a la naturaleza. La capacidad del europeo, para subordinar: al oriente (como lo opuesto), al salvaje (indígena), el dominio de la naturaleza como recurso natural.

Quijano, será un hombre que podría ver los vicios del eurocentrismo. Los vicios del eurocentrismo no son más que legitimar el proyecto imperialista de dominación de las clases burguesas desde el siglo XVI. La desaparición de los otros, lejos de ser una forma natural de prevalecer es la mejor forma para poder explotar los bienes y recursos naturales de la población nativa. El intercambio asimétrico de poder, el desarrollo de la “razas” para garantizar el prestigio. Sostener el poder desde un “naturalismo”, dar por sentado las ideas de la esclavitud natural del escrito, la Política de Aristóteles libro segundo. La esclavitud natural no es más que garantizar el hecho de que la hegemonía es posible siempre y cuando que se pueda apropiar el dominador de todos los bienes, sobre todo del capital cultural. Para poder suprimirlo al fin y poder establecer la hegemonía.

La independencia política, no llevo a una independencia social. El colonialismo social continúa por la carencia de poblaciones homogéneas en muchas partes del mundo que no eran europeas. El concepto de raza era lo suficientemente fuerte para logar la hegemonía de la cultura europea en el resto del mundo sin por eso ser la autoridad política. Algunos autores del siglo veinte como Ortega y Gasset expondrían que el europeo era la cima del progreso. De él nacía uno de los interrogantes de su filosofía el hombre-masa, siendo este el hijo del progreso de todos los siglos precedentes sin poder hacer frente a las necesidades de su tiempo.
En principio por ser el hombre científico. Reforzando también la idea, de que el progreso existía por el hecho simple de que cuando más avanzaba la modernidad el progreso material era la clave, para todo lo demás. Pese a que como diría de Sousa Santos, desde el fraile Bartolomé de las Casas, ya existía una critica a la modernidad. Las ideas eurocentristas por favorecer cuestiones económicas eran las indicadas para legitimar el poder. La contradicción de considerar a las Indias Orientales como Reinos de Castilla, a pasar ser virreinatos con los Borbones.

Otro de los argumentos más importantes de los proyectos de la modernidad es la capacidad del enfoque eurocéntrico para modificar las categorías. Tanto que America Latina se vio a si misma como un producto de Europa. La realidad misma de la región es producto entonces de una distorsión. La cual llevó a políticas que primero aislaron a sus componentes. Ya que estos países no se preguntaban por su ser latinoamericano sino que su inquietud era la de formar parte del mundo desarrollado.

El caso más curioso y ambivalente de esto es Estados Unidos. Pese a estar sujeto en parte a una historia similar a la de America latina, su burguesía se mostró ávida de independencia. Esto permitió que los nuevos flujos migratorios se sumaran a la identidad norteamericana, también posibilitó la existencia de un mercado interno propio. Hasta el día de hoy con una política intervencioncita que sin embrago expone los preceptos para America latina de libre comercio, expuesto por Canclini. Se entiende como diría el mexicano, la idea de que Latinoamérica esta sujeta a de forma determinante a la influencia exterior. Esta preocupación es propia de los intelectuales de nuestra región y no de los europeos. Ya que históricamente es descubierta y no posee un capital cultural propio según Europa, “el descubrimiento imperial”, expuesto por De Sousa Santos.

Los europeos ven a la modernidad como algo distinto ya que ellos en el fondo son los primeros actores de la modernidad “legitima”. Su pregunta parece ser la pregunta del mundo occidental, porque en parte “occidental” significa europeo. Berman, dirá que “todo lo sólido se desvanece en el aire”, la idea es clara. La modernidad en la hegemonía teme a la inestabilidad y al cambio. Nosotros, en nuestro lugar de subordinados tenemos un mal consiguiente la incapacidad inútil y vacía de tratar de adaptarnos a una sociedad en crisis. La idea de las naciones que se vieron como lo fue también España, menospreciadas por el resto de Europa.

Gran parte del capital cultural de Hispanoamérica es vaciado en la colonización. Por lo que las preguntas que en muchos casos se han hecho los intelectuales de América del sur no es más que el eco de las incógnitas europeas. La idea de una sociedad colonial sigue aún hoy. Sudamericano no significa algo importante sino por el contrario algo periférico. Una especie de síndrome que busca emular de forma crónica, el modelo europeo o externo. No obstante la situación esta cambiando, ya que la crisis de la modernidad europea, es una crisis en esa dependencia o contrato tácito con los países en subdesarrollo. Ese nuevo espacio en la experiencia, la incertidumbre en donde se daban las directrices y políticas globales crea una modificación en el horizonte de expectativa. Las ideas de Marx, por ejemplo, hoy no son consideradas ya aplicables a rajatabla en nuestro continente. Ya que por ejemplo la cuestión “racial”, trabaja en la idea de hegemonía, condicionando los factores en las ecuaciones de “clase” y “equidad”.

Toulmin, entonces cuestiona en Cosmópolis, la legitimidad del discurso europeo para legitimarse. La pregunta es la siguiente, ¿Puede una ciencia llegar a formular principios fundamentales que llegado el caso pueda explicar la totalidad de los fenómenos?, la respuesta para el autor parece ser negativa. Por lo que el discurso europeo sobre su primacía por el “progreso”, podría ser falso. Si es falso, todo el proyecto se sustenta sobre la nada. La sensación de vacío en la conciencia o en la buena conciencia del europeo parece pesar sobre esto. Cuando Toulmin llama a un conocimiento más humanista y a una aplicación más concreta de la filosofía para enfocarse en la práctica, no hace un nuevo debate ideológico sobre la postmodernidad, o de la modernidad en decadencia. Simplemente da a su entender las consecuencias de la historia de Europa en el siglo XX. El progreso no es indefinido. El proceso de descolonización es inminente. La misma idea de Unión Europea es muestra de eso. Una Europa arrojaba de nuevo al mundo.

Porque el progreso fue la cara más visible del proyecto moderno, su fin implica el fin de muchas otras características. La primera, el Oriente nuevamente toma relevancia, ya sea en la forma de extremismo árabe o en la forma de China como un mercado exorbitante. Pese a que la globalización quiere mantener el modelo, europeo y también norteamericano de progreso se topa con una realidad cada vez más transnacional. Las naciones tradicionales son superadas entonces por las consecuencias del éxito de un sistema que parece que ya no les pertenece del todo.

Se puede observar entonces como es hora de que por simple devenir y simultaneidad de esa modernidad de Berman en la cual las cosas cambian. En que los sucesos tienen que cambiar, a fuerza de la constante revolución. Una dialéctica misteriosa. Tanto que la modernidad líquida de Baumann, trata sobre lo mismo.

La identidad global pone en riesgo todo el sistema que alguna vez sirvió para controlar todo el mundo. La perspectiva de fin de la historia, o muerte del arte se entiende de esa manera. Un fin a una expectativa o una resistencia, a perder su lugar dominante. Canclini, podrá dilucidar esta cuestión en América Latina donde la cuestión de la identidad parece replantearse constantemente. Un autor, distinto como Ortega y Gasset, entendería que los estados unidos europeos, no son más que la suma de las partes de las identidades nacionales que se hacían cada vez más europeas con el transcurso de la historia. La naciones entendidas de las fronteras hacia afuera y no como su concepto tradicional limitadas en sus limites políticos.

Porque ahora la modernidad es un problema para Europa, el hecho es que ya no se puede afirmar como Hegel hizo que la cima del desarrollo de la historia y de cultura es Europa. (Hegel incluso da a entender que los Estados Unidos no son más que una extensión de Europa). Entiéndase la crisis de la modernidad, como la crisis de la legitimidad de lo europeo. Berman habla de la modernidad, habla de la capacidad de los primeros modernos para hacer frente a la problemática. Deduce que ellos tenían fe en el futuro, o por lo menos tenían fe en el individuo. El individuo como capaz de afrontar su destino. La postmodernidad es esencialmente un cuestionamiento al individuo, en un mundo que parece que pierde su racionalidad.

El Oriente incivilizado parece ser más sensato. Las ideas, globales, indefinibles y difusas como se calificaba en el siglo XIX, a todo eso que era la contra parte de ellos. Foucault, empieza a cuestionar, el control. Las palabras son cosas que sean capaces de dar una versión definitiva de las cosas. Se puede denominar al “ser en si”. Foucault dirá que no, las palabras son limitadas tienen que legitimarse constantemente. Si esto es cierto, el proyecto moderno esta perdiendo su antigua validez.

La crisis de la modernidad, es común en ambas regiones. Sin embargo aún las diferencia materiales, son determinantes. Hoy no se puede plantear América de Sur, la cuestión de una total independencia. Pese a que intentos como el MERCOSUR, entran en vigencia. Repitiendo porque no la formula, de Ortega, los estados de Latinoamérica en sus crisis de identidad tienen en común justamente eso. La unión de los estados como Argentina, Uruguay, Chile, Colombia, etc. Ha sido planteada con anterioridad hace por lo menos dos siglos. Con la ideas de Bolívar y San Martín. Relaciono esto con Quijano y la idea de que la colonialidad de la sociedad. La atomización de los estados en sus formas actuales parece responder más a una cuestión de los núcleos burgueses de sus sociedades que a las identidades propias.

América nace con la modernidad, nace en el sentido europeo, tiene que ser descubierta. Este hecho es trabajado por De Sousa Santos. La relación asimétrica de poder es la que nos configura. El desafío de América del sur es doble, primero porque tiene que poner de relieve el fracaso de la modernidad. Segundo porque tiene que cuestionar la autoridad legítima en su ciencia, en algunas de sus costumbres entre las cuales se encuentra la relación perjudicial con el poder.
Pero más problemático es para nuestra región hoy, plantearse un proyecto a futuro ya que la dependencia es y era muy fuerte. La oscilación en esta dependencia, la posibilidad de fragmentación de esta hegemonía parece preocupante.

Europa tiene que dejar el proyecto que la llevó a lo más alto, según sus propias convicciones. Ortega y Gasset diría que Europa ya no manda. Es curioso esto, porque lo citó en cuanto al valor de la posibilidad de comparar, la crisis de la modernidad y el surgimiento de la masa de forma metodológica. La masa tiene una vocación de no querer diferenciarse. Cosa que hasta ahora no había pasado en la hegemonía del poder en los estados-nación. Ahora bien si entendemos que los estados-nación son producto de la modernidad, una nueva pregunta puede surgir. Los nuevos intereses, de nuevos sectores que ya no tienen nacionalidad, ponen en peligro intereses nacionales. Ya no es liberalismo clásico de Adam Smith en el que cada nación debe hacer lo que le es más apto. Relegando y creando la brecha teórica entre desarrollados y subdesarrollados. Hoy, la modernidad, ve como los capitales transnacionales, transnacionalizan hasta el capital cultural. Las masas, son ciudadanas del mundo, el capital humano se estandariza bajo la idea de competividad. Esto es la tercerización de la economía y excluidos en los países desarrollados.

Canclini expresa que las migraciones y las deudas son un factor fundamental para definir a América latina. La identidad lejos de basarse en tradiciones o historia, en la actualidad de basan en las relaciones con el sistema económico. El paradigma más representativo de esta realidad en todos los niveles es el hecho de las marcas.
Hoy en día las migraciones, más la deuda tanto a organismo internacionales de crédito y a inversores privados. Nos muestran una nueva cara de la dominación. Gramsci, define a la hegemonía como la interiorización del dominado de los criterios y pautas sobre todo de normas del dominante. Hoy esa hegemonía esta disuelta en los factores internacionales, que sin embrago se valen principalmente del campo económico como predominante, donde las reglas las impone el mercado. Pese a que el antiguo primer mundo sigue concentrando la mayor cantidad de recursos y de capital simbólico. Esto parece ser más una distorsión histórica que una realidad del poder en sí mismo. Hoy por ejemplo hablamos del G8, los países más ricos. Como también hablamos del consejo de seguridad de la ONU. Estos vienen a reemplazar, la idea de civilización europea. Podríamos argumentar que esta simplificación se dio a lo largo de la modernidad. Citando a Koselleck primero. Guerras de Religión, primera antinomia de la modernidad naciente. La modernidad trata en su búsqueda de universalidad de fagocitar o suprimir las diferencias. Como primer resultado de esto vemos que las Guerras de Religión ponen en tela de juicio a la primera autoridad que conoció Europa como continente. La Iglesia Católica, las profecías y el plan de la salvación medievales tienen que ser dejados de lado.

El laicismo es uno de los pasos más importantes en el desarrollo de la modernidad. El caso más representativo es Inglaterra, donde el rey asume el control religioso, así la legitimación política es la que da la legitimación religiosa.
Porque ella hará que el burgués pueda cuestionar con mayor libertad todos lo presupuestos de la Edad Media. Luego como citará Berman, Marx, pondrá en relieve una nueva revolución, la de los trabajadores. Siempre tenemos frente a nosotros durante la modernidad la idea de una dialéctica determinista. El proyecto de progreso así lo exige. Por lo que nuevamente la revolución en este caso de los trabajadores impulsará un cambio favorable. Splenger, hablará del fin de la historia. Esto no es más que una idea muy reconcentrada de Europa que viéndose a sí misma teme que ella pueda tener un fin como todas las civilizaciones anteriores. El historicismo entra en conflicto con la historia propia de la Europa moderna.

Los totalitarismos, el desarrollo de la masa por la modernidad, son en parte contradictorios. Cosa que ven los europeos, el individuo no termina de cuajar en una tradición cada vez más inexistente. Este proceso, es descripto en Berman y en Toulmin que ven que la modernidad esta dividida en dos etapas. Esta idea es tan fuerte que algunos piensa que la nuestra edad contemporánea, se podría llamar segunda modernidad. El porque de esta denominación es un suceso singular esta cimentado en que la postmodernidad parece en su definición ser incapaz de deshacerse de su enemigo. Berman, hablará de las “revoluciones conservadoras” y de los determinismos estructuralistas.

Interesante es en parte que la crisis epistemológica, la crisis estética, la crisis política, lleve a cuestionar el predominio. Ser modernos significa conquistar pero hoy planteos como la crisis ecológica, hacen que nos preguntemos acerca de las conquistas de lo moderno. El sistema actual que busca seguir mutando solo para mantener la hegemonía vigente encuentra muchas dificultades. Hoy nuevos actores quieren ser importantes, como China. No es la revolución de Mao, o una China que esta escondida detrás de la muralla sino un país que esta dispuesto hacer una apuesta fuerte en el mercado mundial. El estructuralismo propone de manera interesante que los diferentes campos donde se legitima el poder, parecen fluctuar. La cuestión es lo que esta en juego. El mundo es hoy lo que esta en juego, la modernidad es el criterio dominante.
La postmodernidad, como crítica tiende a la relativización frente al universalismo, la atomización frente a hegemonía. Una realidad distinta, un desafío al poder. Los planteos son hechos entonces con el capital propio de la modernidad, el criterio científico se vuelve en contra de las otras categorías. Este es el estudio que hace Foucault de las instituciones totales.

America Latina sufrió como fue detallado por Quijano, una distorsión con la influencia europea. Canclini, detallará que ya entrado el siglo XX, nuestra región sufre la deficiencia en materia económica y política. Todo esto no es más que el producto del proyecto de la modernidad sobre nosotros. Los indios, y la naturaleza están juntos, y son lo más relegados. Somos entonces lo más perjudicados frente a este proyecto. Proposición peligrosa, solo posible en la crisis de la modernidad.
El Oriente, ese otro de Occidente ya esta tomando posición para el nuevo juego global. América Latina puede ser pensada ahora, desde su propia genealogía. Una posibilidad de independencia cultural.

Tenemos, entonces en la modernidad tanto en Europa como en America, propuestas críticas a lo largo de su historia. Estas son el Barroco en América, con la reidentificación, la aparición de la cuestión de la cultura popular. La apropiación y recreación de símbolos es una forma de acumulación satisfactoria de capital cultural. En Europa se puede observar, en el romanticismo. Movimiento que cuestionaba la razón, ilustrada en búsqueda de una sensibilidad y con objetivos de revalorizar popular. Sin embrago la modernidad, tiende ante todo con el uso de lo masivo, a fagocitar lo popular. La industria cultural. La hegemonía en crisis sigue sustentada por una infraestructura lo suficientemente fuerte para poder controlar su opuesto.

El éxito del sistema moderno, lleva a la despersonalización y al divorcio progresivo entre las ciencias duras y las humanidades. Este binomio es peligroso y es una de las preguntas que se hace Toulmin. No es que las ideas científicas de Newton y Descartes fueron sobrevaluadas ante el humanismo de Erasmo de Rotterdam, Dante, etc. La pregunta en la modernidad en una de sus primeras críticas es la de la función de sus individuos. Sartre con el existencialismo hará crítica hacia la visión burguesa del hombre. Este hombre indeterminado. Idea de Kierkegaard, solo que Sartre la seculariza.

La idea de la primera modernidad como progreso, posibilidades y expansión en todos los órdenes es para Berman una expectativa. Por eso argumenta que se debe volver a considerar la capacidad creativa e intelectual del modernismo. No, sobre el simple proyecto burgués basado en la revolución industrial y que hoy lleva al consumo. La idea de “nihilismo” de Nietzsche, entiéndase por ella como uno de los primeros síntomas de la crisis. Desde un plano filosófico ve no el fin de la historia, ni el fin de la sociedad. El pesimismo que Europa tenía el siglo XIX, más el cientificismo imperante lleva a la cuestión de la verdad. Esta es atacada, por el mismo criterio de veracidad. Lo que hoy llamamos imprevisibilidad, en el mundo híper tecnificado de Occidente. Nietzsche la relaciona con el cristianismo, por la tendencia de la modernidad hacia la abstracción platónica.

La profecía se cumple hoy a un nivel social. La incapacidad de la especialización a dar con problemas globales. La modernidad se encuentra en problemas. Las ciencias se contradicen a sí mismas. Los paradigmas cambian. Pero sin embrago los problemas se expanden. Un ejemplo: antes de la teoría de la relatividad de Einstein, se concluía que pocas cosas quedaban por explicar. Un ejemplo como el de la física es muy preciso para ver lo que en Europa pasa con la modernidad. La modernidad es un paradigma. Puesto en la historia, sin el historicismo europeo que legitima un sistema de dominación es igual a cualquier otro proceso histórico.

Los nuevos problemas son los que parecen pedir que la modernidad, esa que fue desarrollada por la ilustración cenit de la intelectualidad burguesa sea superada. Ese deseo de superación ya es de por sí un proceso antiguo. Hoy hace eclosión, el perspectivismo lleva multiculturalidad. El fin de la hegemonía de Europa, su transformación en la globalización es una de las claves de la coyuntura histórica. América Latina se pregunta sobre sí misma, el lazo que la ataba a Europa en la modernidad se debilita. Solo que hoy, haciendo referencia a Canclini la idea de América Latina, excede sus fronteras y esta en sus producciones culturales, en sus emigrantes. También en las mismas migraciones dentro del continente. Ambos movimientos hacen que la identidad sudamericana se este apropiando de una nueva identidad. Sin embargo no podemos ser tan optimistas y negar que la colonialidad del poder aún continúa. Esta es una de las denuncias más importantes de Quijano. Ya que en todos los países de la región la homogenización o la integración de la población son perjudicados por los perjuicios eurocentristas.

Por lo que hoy, América Latina esta en situación conflictiva con ella misma. Su propia herencia es la que la condena. La cuestión social es muy distinta en nuestra región que en Europa, entonces es evidente que la demanda por la igualdad sea aún muy fuerte. Solo que hoy los estados, no son tan fuertes como antes. Los sectores perjudicados hoy por la economía global están más sujetos a una hegemonía que nunca. La exclusión en el sistema neoliberal que llevó a la entrega de gran parte de las actividades estatales en nuestro continente, sirve para reforzar la exclusión selectiva. No obstante este fenómeno, en el plano global. La “colonialidad del poder”, en un mundo global genera que gente de todas parte del mundo, excluidas del sistema traten de formar parte del primer mundo. Este hecho migratorio, muestra un fenómeno que solo es apreciado solo por los intelectuales latinoamericanos. El hecho de que Sudamérica no esta atrasada. Sino que condicionada aplica como puede el proyecto moderno. Los inmigrantes que llegan a países europeos, en búsqueda de empleo. Es relativamente antigua. Solo que los números llegan a ser tan grandes, la influencia es inesperada. Inmigrantes sudamericanos empiezan a configurar un mercado en otras partes del mundo. El mundo desarrollado posee, pese a relegado un mercado legítimo de sudamericanos. También de otras partes del mundo como de africanos, o asiáticos. Por lo que nuevamente los Estados Unidos y Europa ven que pese a su impermeabilidad histórica son incapaces de revertir, un fenómeno que los desborda. ¿Podemos hablar de una supremacía de Europa, o ya tendremos que referirnos a una superioridad del desarrollo?

En los últimos años la cuestión que expresan tanto lo autores como Berman, Toulmin, Quijano y De Sousa Santos no es tan teórica. Con el siglo XXI se vuelve una realidad cada vez más conflictiva.
El problema se vuelve tan concreto que se torna político, religioso, artístico y económico. Esta inquietud intelectual llega a invadir los otros campos. Por lo que toda la sociedad se modifica, este es el componente revolucionario de esta segunda modernidad. Las ideas de ecumenismo, de trasnmodernismo, de rizoma en epistemología, los estudios de la cultura popular. Porque la perdida de la primacía global acarrea una crisis igual de conflictiva en el plano social. La pérdida del prestigio del burgués. No es ya el representante del progreso y si en cambio del progreso se ve fracaso, la idea de este es la de un explotador.

Solo que pese a que los intectuales ambos lados del atlántico, teoricen. En realidad, los cambios son mucho más violentos. Lo que hace a que primera vista pareciese inverosímil sus pronósticos. Reforzar la idea, de la misma modernidad de que “todo ya ha sido hecho”. La tentación de menospreciar el “espacio de la experiencia”, ese es uno de las características del postmodernismo. Toulmin, expresará que da la impresión de que la filosofía estuviese “muerta”, esto es por su progresivo desprendimiento de las realidades concretas, su idealismo, platonismo en síntesis. Este hace que gran parte de la problemática que era por definición más moderna y más universal tenga que dar paso a los casos particulares.

La preocupación por el todo. Este es uno de los interrogantes más importantes de Europa, ya que la modernidad aspiró a una cosmogonía propia. Volviendo a la primer semilla de la modernidad, el renacimiento. Vemos que el hombre se posiciona en el centro de todo. Pero ya como expresaría Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas”, ser la medida de todas las cosas. Es la clave de la modernidad. Pero encarno un problema mayor incluso a la modernidad misma. El cambio, la piedra angular de Berman. “Todo lo sólido se desvanece en el aire”, esta frase aislada de Marx es lo que pone a la modernidad unida a las otras épocas históricas. Pese a su voluntad de independencia que siempre reclamó para sí. El cambio expresado por Heráclito hace varios siglos atrás, es racionalizado. Es sistematizado, es la virtud de las leyes. Descubrir que lo accidental no impide la continuidad de las ideas. Esta idea, de Parménides. Continuada por Platón es retomada por descartes, en el “Cogito ergo sum”. Toulmin, entonces por eso da entender que debemos aproximarnos a un conocimiento de lo particular más aristotélico. Ya que Aristóteles, fue capaz de resolver esta disputa con el principio de “potencia” y “acto”, en su explicación del movimiento.

Nietzsche, delimitaría ese problema uno de los más pesados de la modernidad. “La muerte de Dios”, en sentido coloquial o más bien teológico lleva al ateismo práctico. Pero en un plano mucho más sutil y revelador, la muerte de Dios, es la muerte del absoluto y de la modernidad. Pese a que se pudiese considerar como la victoria final de la modernidad, al punto de poner al hombre frente de todas las realidades. La modernidad así empieza a lidiar con uno de sus peores problemas. El horizonte de expectativa es infinito. La modernidad llegó a hacer una pregunta reveladora. La pregunta es: ¿Hay una sola manera de comprender el absoluto?, la respuesta al ser no; conllevó el acto que inicia la postmodernidad y la crisis verdadera. Lo legitimo, ya depende del hombre; el progreso, la verdad y la ciencia tienen que ser legitimados. El pesimismo del siglo XIX es para Nietzsche la degeneración progresiva del espíritu del siglo XVI fundador de la modernidad, en el siglo XVII acuñador de la Ilustración.

El eterno día de la ciudad, descrito por Rousseau, la pérdida de la estabilidad. Europa y América han sufrido a través del tiempo, esta metamorfosis es el devenir histórico. La desintegración paulatina de los principios de la civilización occidental. Pese a que “civilización” debería dar paso a “cultura”. Occidente esa noción de la modernidad. Hecha a medida de sus necesidades, parece tambalear. Sus creencias Judeo-cristianas, su pensamiento Lógico de Grecia, y sus leyes procedentes de Roma. Son sus universales culturales, fundantes de todo lo que les precedió que pese a “superado” se muestra como necesario.
Una modernidad atea; una modernidad que explora el psicoanálisis, una estética iconoclasta, una que cuestiona la dominación y la ley como en el caso de Foucault. Como no esperar un crisis de tamaña magnitud si las ciencias en su conjunto, buscan someter a la naturaleza en su totalidad y dar con el núcleo de lo que nos hace lo que somos.

Todo el conocimiento esta expandiéndose. Por lo que en la segunda modernidad, uno de los problemas es la capacidad de poder apreciar los acontecimientos a una determinada distancia. Es la simultaneidad. La mecanización, el estado impersonal. Un mundo en el cual, las personas como en el caso de América Latina, poco pueden hacer para intervenir en las políticas. El mundo dirigido desde la economía. Materialismo, implícito en Marx, y en toda la doctrina capitalista. Hechos que se repiten en la modernidad, la generación X, las dos Guerras Mundiales. Bell, expondría que distintas personas a lo largo de la modernidad, han visto cambios iguales. Por lo menos desde la mitad del siglo XIX, esta reflexión esta presente en las “Telecomunicaciones y el cambio social”. Lo interesante es que refuerzan la idea de Berman de hasta que punto la idea de precario del individuo en la sociedad moderna. La única en la historia que parece forzar constantemente al individuo a adaptarse. Este concepto de “persona”, rompe con la idea de persona mentada por un Dios (en el medioevo) dando paso a una persona o “sujeto” en proyecto de ser en el existencialismo. La modernidad mientras más tardía pareciera albergar una inseguridad mayor. Pensamiento débil, Vattimo. El pensamiento europeo puede preguntarse directamente por la modernidad al ser este producto de si misma. Mientras que América Latina, sufriendo una historia condicionada a la modernidad Europea, tiene que plantearse más su identidad, o su representación.

Tomo el caso de Ernest Jünger, para mostrar algo común a todos los análisis sobre la modernidad. La modernidad, con su actitud que justifica ante todo el preponderar deja bajo la superficie a ese otro que es el más temido. Lo antimoderno es algo común a todas las sociedades, los tabúes. La modernidad sistematizando el saber y legitimando el poder en ese saber cree poder controlar las fuerzas primitivas del hombre. Berman habla de la perspectiva modernista como un anclaje que hace posible seguir avanzando en la modernidad. Si tomamos el caso del modernismo reaccionario, lo vemos como una “revolución conservadora”, por lo tanto anti moderna. La sobrevaloración de la razón, entiéndase esta por científica deja un vacío en el ser humano como un todo. El escritor hablaría de la dictadura de la tecnología que exigía violencia. Todo es llevado por algo cada vez más externo del hombre hacia nuevas consecuencias. Decir que el saber científico, especialmente, el de las “ciencias duras” es el más valedero nos lleva una extroversión total de nuestra perspectiva. Comte, un moderno, contemporáneo de Marx y Nietzsche, en cuanto a los cambios más recientes. Consagraría a la física, como la ciencia fundamental. Como vemos también en el caso de la Revolución Francesa, cuando Robespierre, consagraría un templo a la diosa razón. Ese antimodernismo en la modernidad es fundamental porque muestra como cité anteriormente la confusión en cuanto a la visión de lo absoluto. Si la guerra para Jünger es la salida de la confusión de la vida moderna y de su mediocridad es por algo. La modernidad sobrevalora al sistema por sobre el individuo. Lo podemos ver en el comienzo del pensamiento científico, de Descartes y Hume, ambos se enfocarían en la gnoseología. Su pregunta era si puede saber el hombre.

Nuestra región, es afectada por esto. La realidad de nuestras sociedades que se fragmentan. Eliminar la cultura indígena, principalmente es una de las características de ese posible miedo. Lo europeo no puede fundirse. La actitud es mucho más antigua que la modernidad, ya en las cruzadas el concepto estaba instalado. La cultura de América sin embrago genera un sin fin de cosas que afectarán a Europa. Solo que Europa buscaba imprimar su interpretación de estos hechos. Hoy en día, gran parte de nuestro “estudios americanos”, son solo una versión de teorías europeas. La dependencia ideológica es una hegemonía muy fuerte en nuestra sociedad. Quijano, ya lo expondría en el hecho de que en la mayoría de las sociedades postcoloniales, copian la estructura de poder anterior. Los estados Unidos, de hecho son aún más europeos que las colonias de España. Su modernidad es tanto más fuerte que los indígenas ya son ese “otro”. Consideremos que la historia de las colonias españolas con su autonomía en cabildos, tiene un principio de gobierno que es mucho más complejo de desentrañar a lo que suma que el hecho del mestizaje actúa en el orden social. Los Estados Unidos, con el crecimiento rápido del capitalismo y con el masivo aluvión de inmigrantes europeos crean un núcleo compacto. Esta es una de las causas, no menos importantes que los Estados Unidos, disputa la hegemonía del capitalismo durante el siglo, lo que es decir la modernidad.
De Sousa Santos y Quijano, no dan a mí entender una conclusión interesante. No solo Latinoamérica, es una sociedad atravesada por la colonialidad de poder. Latinoamérica, tiene una semejanza con el Oriente. Su semejanza es el hecho de que su sociedad al ser compuesta como la de todas las colonias, no representa para si misma la modernidad idealizada. Ya que la idea de progreso, en nuestro continente es mucho más lejana. El subdesarrollo, es un fenómeno dentro de la modernidad que rompe con el orden historicista de superación de la modernidad. Una de los resultados de este proceso es que el cuestionamiento del progreso por parte del europeo es muy distinto que el del sudamericano. El primero ve que en el progreso pareciese existir una insatisfacción de otras necesidades. Una de ellas, es la seguridad. Los países del subdesarrollo ven con el tiempo que el sistema de dominación coarta todo proyecto de progreso de estilo europeo.

La crisis de la instituciones del estado nación en Europa son my distintas que las de Sudamérica, o en los Estados Unidos. En los países desarrollados se cuestiona en muchos casos de la pérdida de las libertades individuales, (propuesta de la modernidad). Los derechos y los límites en el proyecto moderno, la ilustración son deformados por la propia modernidad. En América Latina, la destrucción de las fuentes naturales, la destrucción de las comunidades indígenas, muestran el proyecto del proyecto moderno aunque muestra nuevamente su deformación. La realidad material con la Revolución Industrial, modifica toda la concepción de la modernidad previa a ella. Es ahí cuando el hombre promedio por fin tiene la sensación del titulo de la obra de Berman, “lo sólido que se desvanece en el aire”, es el empleo, la tradición, la falta de movilidad social. Las migraciones masivas campo-ciudad. Cosa que nunca había ocurrido antes. Nosotros, en Latinoamérica vimos este fenómeno mucho más tardío, por la baja industrialización. La identidad, es una de las cosas que se pierden en la segunda modernidad.

El avance del capitalismo hace que las categorías se vuelvan funcionales, a ese fin. Este nihilismo en el plano de lo conceptual, no lo es el plano de lo material. El capital es la fuente de la legitimación. Los excluidos, en todo el mundo. No son problema ya de la modernidad sino consecuencia de ella. Un problema del que no se hace problema la economía. Sousa Santos habla de que entre los descubrimientos imperiales que se hacen la naturaleza es el tercero. El abuso de la naturaleza, la aparición de la ecología nos muestra que la modernidad es inconsecuente, no mide los efectos de sus acciones. La inestabilidad, nos hace creer un vacío de la historia. El fin de la historia de Spengler, no parece ser más que la visión negativa de la culminación de la Historia de Hegel. El pensamiento de Toulmin como lo de los otros intelectuales europeos es el hecho de indagar acerca de eso que salió mal.

La tradición crítica de la modernidad académica latinoamericana es posterior. Parece que llega como en los otros procesos por medio de Europa. Solo que en esta oportunidad parece que es un medio para separarse de ella. La cuestión, en nuestro caso regional, es la dependencia a un sistema externo a nosotros. La idea de búsqueda de inmigración europea para poblar el territorio confirma que las naciones americanas, sufren constantemente cambios. La homogeneidad de la población ante la autoridad nacional, en los casos como Francia e Inglaterra, es distinto del caso de España. España en su régimen político, muestra como el proceso estado nación en Europa puede ser distinto. Esto puede llegar a mostrarnos la “falta de modernidad” de España, su atraso comparada con otras potencias. Para fines del siglo XVI, cuando veía fin el Imperio de Carlos V. Estaban gestándose las grandes potencias coloniales.

Entendiendo la realidad de España, se observa que la realidad de la América colonial también es única. La crítica a la modernidad que se hace en la cual como expresó Quijano, España se vale de la mano de obra barata, más bien gratuita en la cual no existen los asalariados. El régimen de extracción, no centrado en la producción condicionó un desarrollo “anormal” del capitalismo. Los mercados de Sudamérica, son mostrados como el complemento de los europeos. Pero esto es también una visión tardía. El primer régimen que condiciono toda la Hispanoamérica fue el régimen extractivo de las colonias a la metrópoli. El proyecto moderno aún más severo se realiza con la toma del poder de los criollos.

La comparación entre ambos análisis como enumero en los anteriores puntos, difiere, en primera instancia en la relación asimétrica entre ambos elementos. Segundo, las realidades materiales de las dos regiones. Donde la hegemonía de las tecnologías era lo que siempre determinó, el valor agregado por consiguiente el desarrollo. Vemos que otra de las razones por las cuales, hoy este predominio material esta en crisis. Es por circunstancias económicas que provienen de la primera guerra mundial, de la segunda guerra mundial y de la globalización económica. La hegemonía europea, a fines de siglo XIX y principios del XX, podría llamarse primera globalización. Los autores latinoamericanos, Quijano y Canclini harán más hincapié en las realidades materiales de la modernidad donde no solo las consecuencias de la modernidad son la inestabilidad de los órdenes y las teorías. Sino en el hecho de que pesé a la inestabilidad de estas, el sistema moderno fue muy eficiente en reprimir y obtener beneficios de todo aquello que no era moderno.
Tercero, lo común en ambos análisis es que reconocen la caducidad de proyecto moderno como tal casi desde raíz. Ya no cuestionan algún hecho aislado, sino que por el contrario cuestionan el sistema por completo llegándose a preguntar por la génesis real del problema. Esta filosofía de la historia y filosofía política es un fenómeno reciente en la historia y nos muestra como la modernidad también ha sufrido una transformación.

Otra de las cosas en común más allá de las diferencias que se podrían seguir enunciando entre ambos análisis es el hecho de que todos concuerdan en un punto. La modernidad, fue una idea cimentada en implantar la razón (iluminismo), desde la perspectiva del hombre (antropocentrismo-renacimiento), para con la ciencia predecir el futuro (progreso) y con eso garantizar la felicidad. Vemos que el traspaso de la legitimidad desde el clero y la nobleza hacia la burguesía no es más que un traspaso. Este crea nuevos mecanismos de represión y de control. Promete para los subalternos, la felicidad, solo que en este caso material en el progreso. Solo que viendo las consecuencias directas (guerras mundiales, armas nucleares, destrucción ambiental, destrucción cultural, pobreza e indigencia en grandes sectores de la población) y las consecuencias indirectas (intolerancia en: clasismo y racismo, imprevisibilidad, masificación, vacío existencial, perdida de la identidad y mecanización del hombre). Concluyen que el proyecto es un fracasa y es hora de alternativas, esto es por ejemplo “la arqueología del saber” de Foucault, y el revisionismo histórico, la incorporación de los relatos alternativos de la cultural popular, testimonios de las memorias colectivas. Un mundo más amplio, multifacético y problemático nace del desarrollo de la modernidad, y no el soñado mundo único y utópico planteado desde el siglo XVI.

No hay comentarios:

Obra

Obra
este es uno de mis dibujos

Cofradía que espero que sea grande..... Licenciados Papa Gu

Ideología

Ideología

¿ Que nos hace ser como somos?

Cosas que me agradan

  • Bersuit
  • Blink 182
  • Charly García
  • Deira
  • George Lucas- Star Wars
  • Goya- las pinturas negras
  • Guns N´Roses
  • Klimt- El Beso
  • Korn
  • La Renga
  • Magrite
  • Marilyn Manson
  • Marques de Sade- Juliette
  • Metallica
  • Miró
  • Nietzsche- Ecce Homo
  • Nietzsche- El Crepusculo de los Idolos
  • Nietzsche- Más alla del Bien y del Mal
  • Nirvana
  • Oasis
  • Picasso- El guernica
  • Placebo
  • Rammstein
  • Roberto Arlt- Los Siete Locos
  • Salvador Dalí- Diario de un Genio
  • Sex Pistols
  • Sumo
  • System of a Down
  • The Rolling Stones
  • Truman Capote- A Sangre Fría
  • Turner
  • Van Gogh
  • Velvet Revolver

C-Box

Bad Sisters



bad%20sisters
Quantcast

Oso Polar

Oso Polar

Pintando

Pintando