martes, 11 de noviembre de 2008

Ernesto Guevara Parte I

Ernesto Guevara, más conocido como El Che Guevara, o simplemente El Che (Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina, 14 de junio de 1928[1]La Higuera, Bolivia, 9 de octubre de 1967), fue un médico, político y guerrillero argentino-cubano,[2] cuya figura despierta grandes pasiones tanto a favor como en contra.
Fue uno de los líderes de la Revolución Cubana. En la década de los años sesenta se estableció con un pequeño grupo guerrillero en Bolivia, donde fue capturado y ejecutado de manera clandestina por el Ejército Boliviano con la colaboración de la CIA. Tras su muerte se ha convertido en un símbolo de alcance mundial; para sus partidarios simboliza la lucha contra las injusticias sociales o de rebeldía y espíritu incorruptible, mientras que es visto por sus detractores como un asesino en masa y criminal, acusándolo además de una mala gestión como Ministro de Industria. El contorno de su rostro, obtenido a partir de una foto de Alberto Korda, es una de las imágenes más reproducidas del mundo.

Nacimiento, infancia y juventud:

Nacimiento:

En casi todas las biografías de Ernesto Guevara se sostiene que nació por azar en la ciudad de Rosario (Santa Fe, Argentina) el 14 de junio de 1928, pero según otras fuentes, habría nacido el 14 de mayo de 1928, exactamente un mes antes.[1] Tenía ascendencia vasca e irlandesa, entre otras.[3]
Sus padres vivían en Buenos Aires pero debido a que poseían una plantación de yerba mate en Caraguatay,[4] Misiones, alternaban su estadía entre ambos lugares separados por más de 1.800 km de vía fluvial. Poco antes de nacer Ernesto, los padres decidieron volver a Buenos Aires con el fin de que el parto fuera adecuadamente asistido, utilizando para ello las líneas navieras que surcaban el río Paraná. Sin embargo el parto se adelantó y debieron descender en el puerto de Rosario donde nació Ernesto en el Hospital Centenario.[5] El niño fue inscrito al día siguiente con el nombre de Ernesto Guevara. Después de que la madre recibiera el alta, se instalaron por unos días en un apartamento ubicado en la calle Entre Ríos 480 (esquina con Urquiza) hasta que la madre y el niño estuvieron en condiciones de viajar a Buenos Aires.
Contrariando la versión general, el biógrafo Jon Lee Anderson sostiene que el acta de nacimiento es falsa y que Ernesto Guevara nació el 14 de mayo de 1928, exactamente un mes antes. La razón habría sido la intención de los padres de ocultar que la madre ya se encontraba embarazada al momento de casarse, hecho del que hay certeza porque ha sido reconocido por el padre. Por ese motivo los Guevara se alejaron de Buenos Aires durante el embarazo y luego intencionalmente se dirigieron a Rosario, donde un médico amigo aceptó fraguar el certificado de nacimiento.[6]

La versión de Anderson es sumamente creíble y le fue relatada por la también biógrafa de Guevara, Julia Constanla, a quien Celia de la Serna le contó personalmente la verdadera fecha de nacimiento de su hijo y las circunstancias de su embarazo prematrimonial.[7] Explica además el poco razonable traslado de la madre a Misiones estando embarazada y el extraño descenso en Rosario. De ese modo, Ernesto Guevara fue siempre presentado como "sietemesino", término que históricamente era asimilado a "fruto de una relación prematrimonial".[8]

Los padres:

Ernesto Guevara fue el mayor de los cinco hijos de Ernesto Guevara Lynch y Celia de la Serna. Ambos pertenecían a conocidas familias aristocráticas de clase alta. Su tatarabuelo paterno fue considerado el hombre más rico de Sudamérica, mientras que por el lado materno descendía de José de la Serna e Hinojosa, último virrey español en Lima.[9] Personalmente conformaron un hogar de menos poder económico, de clase media alta.
Ernesto Rafael Guevara Lynch (1901-1987), el padre de ascendencia vasca tenía una vida desahogada gracias a las rentas que obtenía de la herencia recibida de sus padres.[10] Al nacer su hijo, acababa de comprar una importante plantación de yerba mate en Caraguatay, una zona rural de la provincia de Misiones, en el área de Montecarlo, 200 km. al norte de la capital Posadas, sobre el río Paraná. En aquellos tiempos los trabajadores de los yerbatales, conocidos como mensúes, estaban sometidos a un régimen prácticamente esclavo. La novela El río oscuro, de Alfredo Varela, sobre la que se realizó la película Las aguas bajan turbias, está ambientada en el trabajo de los yerbatales de aquellos años.

El padre del Che vivía en Buenos Aires pero se encargaba personalmente del yerbatal, que tenía el nombre de La Misionera y había sido comprado con parte de la herencia de su esposa.[11] También obtenía ingresos del Astillero Río de la Plata, propiedad de varios miembros de su familia; ubicado en San Fernando, se incendió en 1930. Nunca llegó a prosperar lo suficiente y terminó vendiendo el yerbatal en la década de 1940, para instalar una inmobiliaria y comprar una casa en Buenos Aires. En Córdoba instaló con un socio una empresa de construcción civil que quebró en 1947. En 1948 recibió otra importante herencia debido a la muerte de su madre, Ana Isabel Lynch Ortiz. Algunas biografías lo indican incorrectamente como ingeniero y de ideas socialistas. Se volvió a casar y tuvo tres hijos. En 1987 escribió un libro con el título Mi hijo el Che.

Los padres de Ernesto se casaron el 10 de diciembre de 1927, cuando Celia se encontraba embarazada de tres meses. El hecho resultaba condenable para la moral de aquellos años, pero también indica una actitud poco conservadora por parte de sus padres y sobre todo por parte de su madre,[14] quien pocos años antes había estado a punto de convertirse en monja.[15] En 1948 se separaron, aunque siguieron viviendo bajo el mismo techo; otra conducta inhabitual en la clase alta argentina, que conllevaba la marginación. En total tuvieron cinco hijos:

Ernesto (1928-1967)
Celia (n. 1929)
Roberto (n. 1932)
Ana María (1934-1990)
Juan Martín (n. 1943)

Una característica de los padres de Ernesto que influyó considerablemente en su niñez y juventud, fueron su constantes mudanzas y traslados. Hasta dejar la Argentina definitivamente en 1953, la familia de Ernesto tuvo al menos 12 domicilios, en Buenos Aires, Caraguatay, San Isidro, Alta Gracia y Córdoba capital.


Residencias de la familia Guevara Lynch-De la Serna entre 1928 y 1953
Entre Ríos 480 (Rosario)
Santa Fe y Guise (Palermo, Buenos Aires)[16]
Caraguatay (Misiones) (Museo)
Calle Alem, a pocas cuadras del CASI, (San Isidro, provincia de Buenos Aires)[17]
Bustamante y Peña (Recoleta, Buenos Aires)[18]
Plaza Hotel, frente a la plaza San Martín (Córdoba Capital)[19]
Hotel "La Gruta" (Alta Gracia, Córdoba)[20]
Villa Chichita (Alta Gracia, Córdoba)[21]
Villa Nydia (Alta Gracia, Córdoba) (Museo del "CHE" Guevara)[22]
Chile 288 (Córdoba Capital)[23]
Arenales y Uriburu (Recoleta, Buenos Aires)[24]
Araoz 2180 (Palermo, Buenos Aires)


Primeros años: entre Caraguatay y Buenos Aires

Los primeros años de Ernesto transcurrieron entre las casas que sus padres tenían en Buenos Aires y Caraguatay, yendo y viniendo en los vapores del río Paraná, según las necesidades de la producción yerbatera y el clima. Desde un primer momento Ernesto recibió de sus padres el sobrenombre de Ernestito, para diferenciarlo del padre, y luego de Teté, con los que le llamarían indistintamente su familia y amigos de la infancia.
En Buenos Aires se instalaron en las zonas típicas de la clase alta: primero en el barrio de Palermo (Santa Fe y Guise), luego en el partido de San Isidro (calle Alem) y finalmente en el barrio de la Recoleta (Peña y Bustamante). Viviendo en San Isidro, a los dos años de edad tuvo el primer ataque de asma, enfermedad que padecería toda su vida y que llevaría a la familia a trasladarse a Córdoba. El padre siempre culpabilizaría a la madre por el asma de Ernesto, atribuyéndolo a una bronquitis agravada por la falta de atención de esta última una fría mañana mientras nadaba en el aristocrático Club Náutico San Isidro.[25]
En Caraguatay (Misiones), los padres de Ernesto contrataron a una niñera para su hijo: Carmen Arias, una gallega que viviría con la familia hasta 1937 y que fue quien le puso el sobrenombre de Teté. Del yerbatal de sus padres y de su estancia en Misiones adquiriría el gusto por el mate, del que fue un apasionado toda su vida.[26]
Debido a la seriedad y persistencia del asma que afectaba a Ernestito, la familia procuró buscar un lugar con un clima más apto. Siguiendo las recomendaciones de los médicos, decidieron mudarse a la provincia de Córdoba, un destino clásico de aquella época para las personas con afecciones respiratorias debido a sus condiciones climáticas y mayor altitud. Luego de pasar un tiempo en la misma ciudad de Córdoba, capital de la provincia, los Guevara Lynch se instalaron en Alta Gracia.

Alta Gracia, Córdoba. Infancia y adolescencia

Ernesto Guevara vivió 17 años en Córdoba, desde 1930 hasta principios de 1947, abarcando gran parte de su infancia y toda la adolescencia. Él mismo se consideraba cordobés[27] y hablaba con el característico cantito de los cordobeses,[28] aunque luego en Cuba adoptaría un acento marcadamente cubano. En Alta Gracia cursó la escuela primaria y en la ciudad de Córdoba la secundaria. También allí tuvo sus primeras experiencias sexuales y formó su grupo de amigos, con los que más adelante compartiría sus primeras preocupaciones sociales y sus viajes por América Latina. Poco antes de volver a Buenos Aires, vivió también unos meses en Villa María.


La familia tuvo varios domicilios en Alta Gracia, pero el principal de ellos fue Villa Nydia, en la zona de Villa Carlos Pellegrini, donde actualmente funciona el Museo Ernesto "Che" Guevara.
Ernesto cursó sus estudios primarios en las escuelas públicas San Martín y Santiago de Liniers entre 1937 y 1941. Sus estudios secundarios los realizó entre 1942 y 1946 en el Colegio Nacional Dean Funes, ubicado en la ciudad de Córdoba, donde la familia terminó mudándose en 1943.
El asma determinó en gran medida las características de la infancia de Ernesto Guevara. Los ataques eran constantes y de una severidad tal que lo llevaban incluso a quedar postrado días enteros. Limitó sus posibilidades de ir a la escuela, a la que recién ingresó en 1937 cuando tenía ocho años comenzando en segundo grado (salteando primero inferior y superior). Restringió sus posibilidades de hacer deporte, actividad que le apasionaba y que igualmente practicó aunque muchas veces sus amigos debían cargarlo para volver a su casa. Para combatir el asma estaba sujeto a constantes dietas y tratamientos médicos. Por otro lado su enfermedad lo hizo un extraordinario lector, un gran aficionado al ajedrez y generó en él un fuerte espíritu de disciplina y autocontrol.

Alta Gracia era una pequeña villa veraniega de la clase alta cordobesa ubicada en las primeras sierras a 39 km al suroeste de la ciudad de Córdoba, capital de la provincia del mismo nombre. Las sierras de Córdoba, por su clima seco y su altura, han sido tradicionalmente uno de los principales destinos turísticos del país, y el lugar por excelencia que buscaban las personas con afecciones respiratorias.
En su primera adolescencia Ernesto tuvo preferencia por libros de aventuras, como las luchas de Sandokán, de Emilio Salgari y, sobre todo, los viajes extraordinarios de Julio Verne, entre ellos Cinco semanas en globo, Viaje al centro de la Tierra, De la Tierra a la Luna, Veinte mil leguas de viaje submarino. Años después, estando ya en Cuba pediría que le enviaran sus tres tomos encuadernados en cuero de las obras completas de Verne.[29

Más adelante desarrolló el gusto por la poesía y la filosofía. Entre sus poetas preferidos se destacó Baudelaire, en especial su descarnada y polémica obra Las flores del mal, y luego Pablo Neruda, en particular sus poemas de amor. Fue un apasionado de la filosofía existencialista, lo que lo llevó a preferir las obras de Sartre, Kafka y Camus, y de las teorías psicológicas de Freud.[30]
Ernesto Guevara se destacó durante toda su infancia y adolescencia por su rebeldía. Sumamente travieso, con duras discusiones con sus padres y maestros, desaliñado al punto de ser llamado el Chancho Guevara (sobrenombre que adoptó gustosamente), ejecutando pruebas de gran riesgo personal, de muy mal carácter, muchas veces llegando a los golpes en las discusiones, realizando comentarios provocativos y escandalosos, buscando habitualmente defender la posición contraria de sus interlocutores.

En aquellos años, Córdoba y Alta Gracia en particular recibieron una notable cantidad de refugiados republicanos de la Guerra Civil Española, y también alemanes vinculados a los nazis. El músico Manuel de Falla se había instalado en Alta Gracia y algunos de los mejores amigos de Ernesto, los hermanos González Aguilar, eran hijos de un alto jefe militar español republicano, también refugiado allí. Por otra parte algunas localidades cordobesas como La Falda, La Cumbrecita y Villa General Belgrano eran centros de refugiados alemanes con evidentes simpatías nazis. El padre de Ernesto llegó a organizar durante la Segunda Guerra Mundial un pequeño grupo para espiar las actividades nazis en Córdoba, en el que también participó Ernestito.[31]
En 1942 Ernesto Guevara inició sus estudios secundarios en la ciudad de Córdoba en el Colegio Dean Funes, ubicado en la esquina de Perú e Independencia, del barrio Pueyrredón. La ciudad de Córdoba, que por entonces contaba con unos 350.000 habitantes, comenzaba a sufrir transformaciones decisivas debido un notable proceso de industrialización por el que fue llamada la Detroit argentina.[32] Cursó sus estudios secundarios (1942-1946) en un momento de grandes cambios y transformaciones políticas en la Argentina. Entre 1943 y 1946 habría de surgir el peronismo que contó con un apoyo masivo de la clase obrera e inversamente un rechazo masivo de las clases media y alta. Los estudiantes fueron uno de los grupos que más activamente se movilizaron contra el peronismo naciente, bajo el lema de "no a la dictadura de las alpargatas".[33]

Una vez en la escuela secundaria e instalado en Córdoba, la vida de Ernesto se hizo más pública. Contra lo que suelen decir algunas biografías, Ernesto Guevara no tuvo ninguna militancia política ni social en Córdoba (ni luego en Buenos Aires). Él mismo lo dijo:
"No tuve preocupaciones sociales en mi adolescencia, ni participé en las luchas políticas o estudiantiles de Argentina".[34]
Los padres de Ernesto y toda su familia, por supuesto, eran abiertamente antiperonistas, como lo era la gran mayoría de la clase media y la clase alta. Ernesto en cambio, nunca parece haber sostenido posiciones antiperonistas. Por el contrario, se sabe que la familia le atribuía sentimientos favorables al peronismo,[35] que les recomendaba a las empleadas domésticas de su casa y de las casas de sus amigos que votaran al peronismo,[36] y que sentía respeto por Perón a quien llamaba «el capo».[37] Años después, ya en plena Revolución Cubana, utilizó una de las palabras favoritas de Eva Perón, «descamisados», para bautizar al grupo de novatos bajo su mando en la guerrilla,[38] y poco antes, al enterarse del golpe militar que derrocó a Perón escribió en una carta a su madre:
Te confieso con toda sinceridad que la caída de Perón me amargó profundamente, no por él, por lo que significaba para toda América, pues mal que te pese y a pesar de la claudicación forzosa de los últimos tiempos, Argentina era el paladín de todos los que pensamos que el enemigo está en el norte.[39]
Con respecto al Partido Comunista Argentino, Ernesto rechazó explícita y abiertamente su posición, en tanto «criticaba con dureza su sectarismo».[40]

Simultáneamente en 1945, con 17 años, Ernesto demostró un gran interés por la filosofía y comenzó a escribir su propio diccionario filosófico, mientras descubría la literatura social latinoamericana, con exponentes como Jorge Icaza y Miguel Angel Asturias.
Un hecho importante se produjo cuando en noviembre de 1943 su mejor amigo, Alberto Granado y otros estudiantes, fueron detenidos por la policía durante una manifestación estudiantil contra el gobierno. Ernesto y Tomás Granado iban a la cárcel a visitar a Alberto a diario. Contra todo lo esperado, cuando se organizó una gran marcha para reclamar la libertad de Alberto y los demás presos políticos, Ernesto no solo se negó a participar, sino que sostuvo que "la marcha era un gesto inútil y que solo conseguirían «que los caguen a palos», y que él solo iría si le daban un revólver".[43]
A fines de 1946 Ernesto terminó sus estudios secundarios. Ese mismo año obtuvo su primer empleo, junto a Alberto Granado, en el laboratorio de la Dirección de Vialidad de la Provincia de Córdoba. Poco después de recibirse fue enviado a la localidad de Villa María, 100 km al sur, a participar durante los siguientes meses en la construcción de un camino.

En 1947 la familia Guevara Lynch – de la Serna sufrió un colapso. La empresa constructora de su padre quebró, y los Guevara decidieron separarse y mudarse a Buenos Aires. En mayo de ese año su abuela enfermó de muerte, lo que llevó a Ernesto a renunciar a su empleo y trasladarse a la capital argentina, donde permanecería luego del deceso de la anciana.

Poco antes de partir, en Villa María, escribió el poema que se transcribe en el recuadro:

¡Lo sé! ¡Lo sé!Si me voy de aquí me traga el río.Es mi destino: "hoy voy a morir".Pero no, la fuerza de voluntad todo lo puede.Están los obstáculos, lo admito.No quiero salir.Si tengo que morir, será en esta cueva.Las balas, qué me pueden hacer las balassi mi destino es morir ahogado, pero voya superar mi destino. El destino se puedealcanzar con la fuerza de voluntad.Morir sí, pero acribillado porlas balas, destrozado por las bayonetas,si, no, no, ahogado no...un recuerdo más perdurable que mi nombrees luchar, morir luchando.[44]

Amigos de infancia y adolescencia
Ernesto hizo grandes amigos durante su infancia y adolescencia en Córdoba; dos de ellos se destacaron:[45

Alberto Granado. Hermano mayor de Tomás Granado, este último compañero de clases del colegio secundario de Ernesto, y también amigo. Ambos eran hijos de un trabajador ferroviario. Era cuatro años más grande que Ernesto, estudiante de Bioquímica y entrenador del equipo de rugby del club Estudiantes en el que Ernesto jugaría. Compartieron el gusto por las mujeres, el rugby, el vino, la literatura y los viajes. Tuvo gran influencia en la elección por Ernesto de la carrera de medicina. Alberto Granado y Ernesto realizaron el Primer viaje latinoamericano (1952), que refleja la película Diarios de motocicleta donde su personaje es interpretado por el actor Rodrigo de la Serna. Luego de la Revolución Cubana se radicó en Cuba. En 1995 escribió el libro Con el Che Guevara. De Córdoba a La Habana.

Buenos Aires, medicina y los viajes

Ernesto Guevara permaneció en Buenos Aires desde enero de 1947 hasta el 7 de julio de 1952 cuando partiría en su último viaje por América Latina.
El primer año la familia vivió en la casa de su abuela materna, recientemente fallecida, ubicada en Arenales y Uriburu, en el exclusivo barrio de Recoleta, o Barrio Norte, a dos cuadras de la facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, en la que empezaría a estudiar en 1948 para graduarse de médico el 11 de abril de 1953, aunque algunos sostienen que nunca llegó a diplomarse[48] Al año siguiente su padre vendió el yerbatal, compró una casa en Araoz 2180, en el barrio de Palermo y abrió una inmobiliaria en la esquina de Paraguay y Araoz.
En este período Ernesto se dedicó a su carrera y comenzó a trabajar como asistente en una clínica especializada en alergias que se dedicaba a la investigación del asma, dirigida por el Dr. Salvador Pisani. En la facultad de Medicina conoció a Berta Gilda Infante, "Tita", una cordobesa militante universitaria comunista con la que mantendría una fuerte amistad por el resto de su vida.
En Buenos Aires Guevara se dedicó a jugar al rugby, deporte característico de la clase alta porteña, primero en el importante San Isidro Club (SIC) y luego, debido a sus limitaciones con el asma, en el pequeño y desaparecido Yporá Rugby Club (1948) y en el Atalaya Polo Club (1949).[49] Editó entonces la primera revista dedicada al rugby de la Argentina, con el nombre "Tackle", y en la que también escribía crónicas bajo el seudónimo "Chang-cho", en alusión a su propio sobrenombre de "Chancho".[50]

También continuó con sus intensas actividades de lectura y la escritura de sus cuadernos filosóficos. En estos años demostró una creciente dedicación a la filosofía social. En su tercer cuaderno revela un gran interés en el pensamiento de Carlos Marx. También prestó gran atención a las ideas de Nehru sobre el proceso de descolonización e industrialización en la India, anotando y recomendando calurosamente su libro El descubrimiento de la India.[51] En 1950 se enamoró de María del Carmen "Chichina" Ferreyra, una joven de 16 años perteneciente a una de las familias más ricas y aristocráticas de Córdoba. La relación duró más de dos años, a pesar de la oposición frontal de la familia, que lo veía como un "hippie enfermizo" por su apariencia, sus ideas radicales y provocativas, y su deseo de casarse y pasar la luna de miel en un viaje en casa rodante por América Latina.[52] Años después "Chichina" diría de Ernesto:
Me fascinó; su físico obstinado y su carácter antisolemne, su desparpajo en la vestimenta nos daba risa y, al mismo tiempo, un poco de vergüenza (...) Éramos tan sofisticados que Ernesto nos parecía un oprobio. Él aceptaba nuestras bromas sin inmutarse.
[53

Estando en Buenos Aires Ernesto Guevara comenzó a viajar precariamente, "a dedo", bicicleta o en moto, con poco dinero, cada vez más lejos. Los viajes de Guevara significarían una experiencia social y humana, que lo pondría en contacto con los trabajadores y las personas humildes de la Argentina y América Latina, y finalmente lo llevarían a integrar el grupo guerrillero que realizaría la Revolución Cubana.

Los viajes:

Viaje al noroeste argentino (1950):

El 1 de enero de 1950 realizó su primer viaje solo, en una bicicleta con motor marca "Cucchiolo", visitando a su amigo Alberto Granado en San Francisco (Córdoba), a sus amigos de la infancia en Córdoba Capital, continuando luego hacia el noroeste para conocer las provincias más pobres y atrasadas del país, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja, y volver por San Juan, Mendoza, San Luis. En total recorrió 4.500 kilómetros.
En su cuaderno de viaje Guevara incluyó la siguiente reflexión:
Por lo menos no me nutro con las mismas formas que los turistas y me extraña ver en los mapas de propaganda de Jujuy, por ejemplo: el Altar de la Patria, la catedral donde se bendijo la enseña patria, la joya del púlpito y la milagrosa virgencita de Río Blanco y Pompeya... No, no se conoce así un pueblo, una forma y una interpretación de la vida, aquello es la lujosa cubierta, pero su alma está reflejada en los enfermos de los hospitales, los asilados en la comisaría o el peatón ansioso con quien se intima, mientras el Río Grande muestra su crecido cauce turbulento por debajo.
Al volver a Buenos Aires la empresa fabricante del motor le ofreció realizar un aviso publicitario, que incluía la foto de Ernesto Guevara en su bicicleta y una carta suya donde decía:
Ha funcionado a la perfección durante mi largo viaje y solo observé que hacia el final perdía compresión, razón por la cual la envío a usted para reparación.[54]
El aviso fue publicado en la difundida revista deportiva El Gráfico en la página 49 de la edición del 19 de mayo de 1950.


Los viajes en el buque petrolero de YPF (1951)
En 1951 Guevara fue contratado como paramédico de abordo en la flota de la empresa petrolera estatal argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). El 9 de febrero se embarcó por primera vez. En estos viajes recorrió la costa atlántica de Sudamérica, desde el puerto patagónico de Comodoro Rivadavia hasta la entonces colonia británica de Trinidad y Tobago, pasando por Curaçao, Guyana Británica, Venezuela, y varios puertos de Brasil.

Primer viaje latinoamericano (1952):

En 1952 Ernesto Guevara realizó con Alberto Granado el primero de sus dos viajes internacionales por América. Salieron el 4 de enero de 1952, desde San Francisco, Córdoba en la moto de Granado, llamada la Poderosa II. El viaje duró nueve meses y luego de pasar por Buenos Aires, Miramar y Bariloche, entraron a Chile por el bello Lago Esmeralda. En Chile pasaron por Osorno, Valdivia, Temuco y Santiago donde dejaron la moto definitivamente averiada. Se dirigieron al puerto de Valparaíso desde donde viajaron como polizones en un buque carguero hasta Antofagasta. Desde allí por tierra, principalmente en camiones, visitaron la gigantesca mina de cobre de Chuquicamata para dirigirse luego a la frontera con Perú, subiendo la cordillera por la provincia de Tarata, en la región de Tacna, hasta al Lago Titicaca. En abril llegaron al Cusco, la antigua capital de Imperio Inca. Visitaron las ciudades incaicas del Valle Sagrado de los Incas y Machu Pichu y luego partieron hacia Abancay, capital de la Región Apurímac, donde visitaron el leprosario de Huambo, cerca de la ciudad de Andahuaylas.
El 1 de mayo de 1952 arribaron a Lima donde establecieron una estrecha relación con el médico "Hugo Pesce", conocido especialista en lepra, discípulo de José Carlos Mariátegui y dirigente del Partido Comunista Peruano, que influiría decisivamente[2] en las decisiones de vida que adoptaría Guevara. De allí se dirigieron a Pucallpa donde se embarcaron hacia Iquitos y se instalaron para colaborar con el leprosario de San Pablo a las orilla del río Amazonas, donde médicos y pacientes les regalaron una balsa llamada "Mambo-Tango" para continuar su viaje navegando el río aguas abajo. En la balsa llegaron hasta la población fronteriza colombiana de Leticia, donde se desempeñaron como entrenadores del equipo de fútbol del pueblo. Volaron en hidroavión a Bogotá y allí se alojaron en las instalaciones de la ciudad universitaria de la Universidad Nacional de Colombia y su hospital, el San Juan de Dios. En ese momento, Colombia atravesaba la época de La Violencia, donde fueron arrestados pero prontamente liberados. En bus se dirigieron a Caracas, capital de Venezuela, donde Granado obtuvo empleo en un leprosario por recomendación de Pesce. Ernesto, por su parte, debía terminar sus estudios, por lo que decidió volver, utilizando un avión de carga de un familiar que hacía escala previa en Miami, donde trabajó de empleado doméstico de una azafata y lavaplatos en un restaurante. El 31 de julio de 1952 volvió a Buenos Aires.

Tanto Guevara como Granado realizaron diarios de viaje, mundialmente conocidos como "Diarios de motocicleta", en los cuales se basó la película de Walter Salles de 2004, que relata este periplo. Para ambos el viaje significó un contacto directo con los sectores sociales más relegados y explotados de América Latina. Para Ernesto Guevara resultó importante para comenzar a definir sus ideas y sentimientos sobre las graves desigualdades sociales latinoamericanas, el papel de los Estados Unidos y cuales podrían ser las soluciones. La influencia del médico Hugo Pesce sobre Ernesto fue muy grande, tanto por su visión mariateguista del marxismo, que replanteaba el papel de los indígenas y campesinos en los cambios sociales en América Latina, como por el ejemplo personal de vida como médico dedicado a los problemas de salud de los pobres y marginados. Al publicar su primer libro, La guerra de guerrillas, el Che Guevara le envió un ejemplar dedicado a Pesce diciéndole que le reconocía haber provocado "un gran cambio en mi actitud frente a la vida".[55]
Una muestra de esas primeras ideas las expuso el 14 de junio de 1952, cuando cumplía 24 años, y el personal del leprosario de San Pablo le ofreció una fiesta. Guevara anotó sus impresiones de ese día bajo el título de "El día de San Guevara", y cuenta haber dicho las siguientes palabras a sus anfitriones:
Creemos, y después de este viaje más firmemente que antes, que la división de América en nacionalidades inciertas e ilusorias es completamente ficticia. Constituimos una sola raza mestiza, que desde México hasta el estrecho de Magallanes presenta notables similitudes etnográficas. Por eso, tratando de quitarme toda carga de provincialismo exiguo, brindo por Perú y por América Unida.
[56]
Al regresar a Buenos Aires, Guevara revisó su diario y redactó unas Notas de viaje en donde, entre otras cosas dice:
El personaje que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra argentina. El que las ordena y pule, "yo", no soy yo; por lo menos no soy el mismo yo interior. Este vagar sin rumbo por nuestra "Mayúscula América" me ha cambiado más de lo que creí.
Finalizó sus estudios de medicina en la UBA (Universidad Nacional de Buenos Aires). En seis meses aprobó las 14 asignaturas que le faltaban, y el 11 de abril de 1953 recibió el título de médico, registrado bajo el legajo 1058, registro 1116, folio 153 de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires.

Segundo viaje latinoamericano (1953-1954):

En 1953 Ernesto Guevara inició con su amigo de la infancia Carlos "Calica" Ferrer el segundo de sus dos viajes internacionales por América. El objetivo era ir a Caracas donde los esperaba Alberto Granado.
Salieron el 7 de julio de 1953, desde Buenos Aires en tren hacia Bolivia. Permanecieron varias semanas en La Paz en pleno proceso de la revolución iniciada en 1952 por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Allí conocieron a Ricardo Rojo, que luego integraría un grupo de viajeros argentinos que se iría ampliando. Ernesto y Calica siguieron camino a Puno, Cuzco y Machu Pichu, para luego dirigirse a Lima, donde volvió a ver al Dr. Pesce. De Lima viajaron a Guayaquil, Ecuador, en autobús. Allí integraron un grupo de argentinos compuesto por ellos dos, Ricardo Rojo, Eduardo "Gualo" García, Oscar "Valdo" Valdovinos y Andro "Petiso" Herrero, que convivieron comunitariamente en la misma pensión.
En Guayaquil, Ernesto decidió ir hacia Guatemala para ver la revolución que estaba liderando allí el coronel Jacobo Arbenz. Calica entonces se separó de Ernesto para dirigirse a Caracas, donde Alberto Granado lo esperaba, quedándose a vivir allí por diez años. Luego de complicadas gestiones Ernesto se embarcó con "Gualo" García hasta Panamá donde permaneció unos meses, en condiciones económicas críticas. De allí cruzaron a Costa Rica, luego Nicaragua haciendo "dedo". Allí se encontraron con Rojo y los hermanos Walter y Domingo Beveraggi Allende, continuando con este último en auto hacia Guatemala, pasando por Honduras y El Salvador. El 24 de diciembre de 1953 llegó sin dinero a Guatemala, donde se instalaría.

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