jueves, 30 de abril de 2009

Montoneros Parte 1

Montoneros fue una organización guerrillera argentina que desarrolló la lucha armada entre 1970 y 1979, aunque su período de máximo poder se extendió hasta 1976.
Sus objetivos iniciales fueron la desestabilización del gobierno de facto autodenominado "Revolución Argentina" (Onganía, Levingston, Lanusse / 1966 - 1973) y el retorno al poder del General Juan Domingo Perón; posteriormente, una vez que asumió la presidencia Héctor José Cámpora sus acciones se dirigían a la instauración en la Argentina de un sistema político que denominaban "Socialismo Nacional", al que consideraban como la evolución histórica natural del peronismo. Fue considerada como organización terrorista por el gobierno de María Estela Martínez de Perón.
Si bien durante sus primeros años de existencia recibieron el apoyo del General Perón y de buena parte del Movimiento Peronista, a partir del primero de mayo de 1974, sus acciones ocasionaron el rechazo por parte del mismo líder y de los sectores sindicales y políticos del peronismo ortodoxo, llevándolo a un gradual aislamiento y a decidir su pase a la clandestinidad, para ser posteriormente aniquilado por la dictadura militar que derrocó a la viuda de Perón, María Estela Martínez, el 24 de marzo de 1976.

Orígenes, ideología y fundadores :

Las raíces tempranas del movimiento se pueden encontrar en la década de 1960, en la confluencia de militantes del movimiento nacionalista estudiantil Tacuara, la Agrupación de Estudios Sociales de Santa Fe, y el integrismo de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
Desde dichas vertientes se perfilan grupos que luego se afianzarían junto a la militancia católica de jóvenes pertenecientes a clases medias y altas, cuyo órgano de prensa aglutinante era la revista nacionalista "Azul y Blanco" dirigida por Marcelo Sánchez Sorondo y Ricardo Curutchet y cuyo secretario de redaccion fue desde 1966 Juan Manuel Abal Medina. Luego tambien estos jovenes tuvieron un punto de encuentro en la revista Cristianismo y Revolución, dirigida por Juan García Elorrio. A partir de allí se conforma el Comando Camilo Torres, el cual, junto al grupo conducido por José Sabino Navarro, pueden considerarse las células iniciales de Montoneros.
Hacia fines de la década del '60 fueron alineándose políticamente con el peronismo revolucionario, de neto perfil populista y anti-imperialista, en tanto que su ideología se iba estructurando con una poco clara mezcla de la doctrina peronista, con elementos del marxismo latinoamericano revolucionario provenientes del Che Guevara y de Fidel Castro, recibiendo además fuertes influencias católicas desde el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Varios fundadores de lo que luego se transformaría en una organización armada se conocieron cuando eran seguidores del sacerdote tercermundista Carlos Mugica. A fines del año 1969 el Dr Marcelo Sánchez Sorondo grabó con la voz de Fernando Luis Abal Medina la proclama revolucionaria del General Eduardo Labanca que fue enviada a todas las unidades del Ejército Argentino en un intento de putch nacionalista de adelantarse al golpe que supuestamente preparaba el General Aramburu.
Autodefinidos en sus comienzos como una vanguardia armada nacionalista, católica y peronista, y utilizando consignas tales como "Perón o muerte", Montoneros se asumió como organización político militar en la provincia de Buenos Aires, y fue encabezada por Fernando Abal Medina, Carlos Gustavo Ramus, José Sabino Navarro, Emilio Maza, Carlos Capuano Martínez, Norma Arrostito, Mario Firmenich, entre otros.
Los fundadores de la organización Montoneros deciden adoptar ese nombre para resaltar la continuidad histórica con los caudillos del interior argentino en el siglo XIX y las "montoneras" originales, del "Chacho" Peñaloza y Felipe Varela, estableciendo así una línea política nacionalista, antiimperialista y federal que la hacían partir de San Martín y las guerras de la independencia, pasar por los caudillos y Juan Manuel de Rosas y desembocar finalmente en Juan Domingo Perón. Inclusive, en las primeras épocas de la organización guerrillera, varios de sus comandos operativos (Unidades de Combate) adoptaron circunstancialmente el nombre de esos caudillos para firmar sus "partes de guerra". Esta práctica se abandonó posteriormente cuando sus militantes comenzaron a caer en combate y los comandos firmaban entonces con los nombres de los compañeros muertos.
Posteriormente, otros dirigentes notorios fueron Rodolfo Walsh,Julio Roqué, Dardo Cabo, Marcos Osatinsky, Roberto Quieto, Horacio Mendizábal, Raúl Yaguer, Roberto Perdía, Fernando Vaca Narvaja, Rodolfo Galimberti, algunos de ellos provenientes de la organización Descamisados y otros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR, una organización armada peronista similar, pero de bases más definidas hacia el marxismo, que se fusionó con Montoneros en octubre de 1973).
El 7 de septiembre de 1970 en William Morris (provincia de Buenos Aires), murieron en un enfrentamiento Fernando Abal Medina y Carlos Gustavo Ramus. Desde entonces, la militancia que adscribe al sector de izquierda peronista conmemora esa fecha como el "Día del Montonero".

Los pasos previos: Vandor :

Si bien Montoneros no realizó el asesinato de Augusto Timoteo Vandor, que fue obra de un grupo guerrillero que se autodenominó en un "parte de guerra" como "Ejército Nacional Revolucionario", varios de sus integrantes pasarían tres años después a Montoneros. Se trata de Carlos Caride, Rodolfo Walsh, Horacio "el Lauchón" Mendizábal y Dardo Cabo entre los más notorios. En realidad, este grupo fue inicialmente el germen de una organización político militar denominada "Descamisados", conducida por Caride, Mendizabal, De Gregorio, Norberto Habegger, entre otros, que en 1972 se disolvió y se integró a Montoneros. Dardo Cabo reconoció en la revista El Descamisado, de la que era Director, que él había confeccionado los planos de la UOM para la operación, y que Rodolfo Walsh había hecho la planificación de la misma.

Su primera acción pública :

La organización armada Montoneros se presentó ante la sociedad el 1 de junio de 1970 mediante un comunicado referido al secuestro y asesinato del general Pedro Eugenio Aramburu, quien fuera la cabeza de una sublevación militar que en 1955 había derrocado al General Lonardi. El Padre Carlos Mugica dijo entonces: "Quienes secuestraron a Aramburu no fueron los guerrilleros de Taco Ralo. Es un castigo por los fusilamientos de 1956 y si digo algo más me va a pasar un camión por encima". El secuestro se había realizado el 29 de mayo (Dia del Ejercito Argentino), cuando militantes de un autodenominado "Comando General Juan Jose Valle de la Organizacion Montoneros" vestidos como oficiales del Ejército lo sacaron en su departamento haciéndole creer que le brindarían custodia. Aramburu fue llevado por la fuerza a una chacra de la localidad de Timote, provincia de Buenos Aires y luego de un "juicio revolucionario" en que no tuvo posibilidad de defensa y estaba decidido de antemano fue acusado por traición a la patria, por los fusilamientos de civiles en los basurales de José León Suárez, por el del General Juan Jose Valle y otros militares, y por la desaparición del cadáver de Evita y finalmente asesinado por Fernando Abal Medina en el sótano de la mencionada chacra.
Generalmente los estudiosos de los movimientos armados de la época establecen el punto fundacional en este secuestro, pero en la práctica Montoneros ya existía como una organización política desde varios meses antes, aunque muy minoritaria y casi secreta.

La toma de la Calera :

El 1 de julio de 1970, a las 7.30, los Montoneros realizaron un operativo en la localidad cordobesa de La Calera. Tomaron la comisaría, se asaltó el Banco de la Provincia de Córdoba, se tomó la central telefónica y se inutilizaron sus equipos y se dejó en la esquina del banco una caja -supuestamente un explosivo- que en realidad contenía un grabador con la marcha peronista. Diversos errores de planificación y ejecución provocaron la detención de varios militantes, algunos de ellos fundadores de la organización. Fueron heridos Ignacio Velez y Luis Lozada y detenidos José Breganti, Felipe Defrancesco, Cristina Liprandi, José Fierro, Juan Conte Grand, Juan Sorati Martínez y Heber Albornoz en tanto murió en el enfrentamiento el llamado comandante Emilio Maza.

Inserción en el peronismo :

A partir de allí y en sus primeros años de accionar, los Montoneros iniciaron un proceso de rápida captación de cuadros en el peronismo (que podía comprobarse con la participación de decenas de miles de simpatizantes y adherentes en las manifestaciones populares), y un gran crecimiento de militantes y adeptos que se integraban a sus agrupaciones de superficie (Juventud Peronista de las Regionales, Juventud Trabajadora Peronista y Juventud Universitaria Peronista, que titularizaba los Centros de Estudiantes en casi todas las facultades del país), y pudieron influir políticamente en el levantamiento de la proscripción del peronismo y la posterior convocatoria a elecciones, en las que impusieron la consigna: "Luche y Vuelve".

Asesinato de políticos :

El 18 de marzo de 1972 tres hombres y una mujer que dijeron pertenecer a Montoneros ingresaron a la casa del dirigente político Roberto Mario Uzal, miembro de la junta Promotora Provincial del partido Nueva Fuerza, e intentaron secuestrarlo. Uzal se resiste y en el tiroteo resulta gravemente herido, falleciendo dos días más tarde, el 20 de marzo. Los guerrilleros se retiraron luego de pintar la casa con consignas.[1]
Arturo Mor Roig dirigente radical que había sido Ministro del Interior durante la presidencia de Lanusse y que se había retirado de la política fue asesinado por Montoneros el 15 de julio de 1974 mientras almorzaba en un restaurante de San Justo, sin custodia alguna como le era habitual.

La relación con Perón :

Entre sus variados contactos con las agrupaciones de superficie, Montoneros integra a JAEN (Juventud Argentina para la Emancipación Nacional) a su estructura de masas. Los dirigentes de dicha agrupación eran Rodolfo Galimberti y Ernesto Jauretche. Se decide además que Rodolfo Galimberti viaje hacia España con una carta de Montoneros,dirigida al General Juan Domingo Perón en donde le explican las causas y motivos por los que secuestraron y dieron muerte al ex presidente Pedro Eugenio Aramburu, como también sus intenciones de continuar actuando como el brazo armado del movimiento peronista. Desde su exilio en Madrid, Perón los alentó en su proceder guerrillero, pues la lealtad incondicional de esta organización le resultaba útil para presionar y desestabilizar a los gobiernos de facto de la llamada Revolución Argentina que gobernaba por entonces en el país.
En dicha línea estratégica, a la distancia Perón los denominó «formaciones especiales», dando a entender que la existencia de los Montoneros y las otras organizaciones armadas del peronismo eran una circunstancia temporal y táctica, que se justificaba en la medida de la existencia de una dictadura militar. No obstante, les prodigó elogios tales como «juventud maravillosa», e inclusive en una carta, refiriéndose a la ejecución del General Aramburu, les escribió «encomio todo lo actuado». Según consta en numerosos testimonios y declaraciones públicas de la época, los Montoneros creyeron así que eran la vanguardia revolucionaria funcional a los planes del viejo caudillo para la construcción de una Patria Socialista.
El 11 de marzo de 1973 en las elecciones generales, el Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) nucleaba al Partido Justicialista, al Partido Conservador Popular, al Partido Socialista Unificado y a otras fuerzas menores, y ganó por abrumadora mayoría llevando como candidato a presidente al Dr. Héctor José Cámpora. Perón retornó definitivamente a la Argentina, y a partir de esos días modificó sustancialmente su relación con las corrientes de izquierda de su propio partido, prefiriendo apoyar y respaldarse en el ala histórica más conservadora del amplio espectro de sus colaboradores y simpatizantes de derecha, marcando por lo tanto una creciente distancia discursiva hacia Montoneros, y quitándole gradualmente espacio y protagonismo político dentro del movimiento que él lideraba.

La masacre de Ezeiza :

El 20 de junio de 1973, durante la oportunidad tan esperada por sus partidarios del regreso de Perón a su país luego de 18 años de exilio, ocurrieron los hechos conocidos como masacre de Ezeiza, en esa localidad cercana al aeropuerto internacional donde estaba programado que arribaría la aeronave, constituyendo el dramático anticipo de lo que sobrevendría en los siguientes años del escenario político argentino.
Una multitud no vista hasta entonces, estimada por los medios periodísticos de la época en dos millones de personas, se reunió en el lugar para recibir a Perón y, en medio de ella, las columnas de Montoneros junto a otras agrupaciones de izquierda representaban un importante despliegue de movilización. Por expresas directivas de Perón, la seguridad de todo el operativo del regreso se delegó en el Coronel (RE) Jorge Osinde, del ala más conservadora de su movimiento político, excluyendo a Esteban Righi (por entonces Ministro del Interior de la Nación), responsable natural de la seguridad del país e ideológicamente cercano a Montoneros.
Varios enfrentamientos -cuyo saldo de quizás centenas de muertos y heridos nunca fue determinado exactamente, ni investigado judicialmente- se generaron durante todo el día entre los grupos armados paramilitares a cargo del operativo de seguridad, y militantes de Montoneros que habían concurrido armados, en medio de cientos de miles de concurrentes, algunos con sus familias, quienes no entendían lo que estaba ocurriendo y tampoco recibían información a través de las radios que silenciaban los hechos.
Al caer la tarde, y ante las noticias provenientes de Ezeiza, la aeronave que traía a Perón fue desviada al aeropuerto de Morón. Por la noche aún continuaron las corridas y enfrentamientos armados en Ezeiza, mientras la mayoría de la multitud pugnaba por abandonar el área y ponerse a salvo.

Las contradicciones con el gobierno :

Una vez radicado en el país Perón comenzó a apartarse tanto de los cuadros armados de Montoneros como de sus enlaces políticos, los miembros de las Juventudes Peronistas de la Tendencia Revolucionaria.
En ese año 1973 Montoneros ya sufría un proceso de contradicciones internas entre la realidad del proyecto de Perón y sus propias expectativas. No obstante siguieron aparentemente apoyando al gobierno aunque posteriormente se confirmó que mataron al dirigente sindical José Ignacio Rucci, por entonces Secretario General de la Confederación General del Trabajo (CGT), hecho que acaeció el 25 de setiembre de 1973 en el populoso barrio de Flores de la ciudad de Buenos Aires.
Si bien Montoneros no reconoció en ese momento la autoría -tal como era su costumbre operativa-, fue aceptado años después por varios dirigentes de la organización que ese atentado fue planificado y concretado por ellos para "tirarle un muerto a Perón" y demostrarle poder. La emboscada a Rucci ocurrió sólo dos días después de las elecciones que consagraron a Perón por tercera vez presidente constitucional de Argentina, y provocó un conmoción política. Aparentemente el objetivo del asesinato fue mostrar sus fuerzas y sus límites desafiando al propio Perón, y reclamar con ello la cuota de poder que se les negaba dentro del gobierno. El sindicalismo ortodoxo, la CGT y el resto del peronismo interpretaron este atentado como una abierta declaración de guerra.

La "Triple A" (AAA) :

Afloró entonces el pleno protagonismo político de José López Rega, ex Cabo de la Policía Federal Argentina, secretario privado de Perón y conocido también como Lopecito, tal como lo llamaba familiarmente Perón, o Daniel por sus alegados y El Brujo por sus enemigos, debido a sus inclinaciones esotéricas, quien fue ascendido a Comisario General por Perón en un solo paso e inmediatamente nombrado Ministro de Bienestar Social del gobierno. Ministro y consejero de confianza del líder, López Rega tuvo un importante rol en la lucha contra Montoneros, a quienes solía referirse como la infiltración marxista. Su poder en el gobierno le permitió crear y apoyar financieramente con fondos ilícitamente desviados desde el ministerio a su cargo a la paramilitar Alianza Anticomunista Argentina o Triple A.
La Triple A contaba muchas veces con la colaboración operativa y de inteligencia militar para atentar violentamente, no sólo contra los cuadros Montoneros y las juventudes políticas de la Tendencia Revolucionaria, sino también contra cualquier ciudadano sospechoso de poseer una ideología de izquierda.

El Primero de Mayo :

El punto de máxima tensión en el proceso de expulsión de Montoneros del movimiento peronista se produjo el 1 de mayo de 1974, en ocasión de los festejos por el Día del Trabajo. Ya en el ocaso de su vida, en pleno ejercicio de sus facultades como Presidente de la Nación, e indignado por los cánticos ofensivos que entonaban las columnas montoneras (contra su esposa, contra López Rega y acusando a su gobierno de "estar lleno de gorilas"), durante una gran convocatoria en la Plaza de Mayo Perón los llamó estúpidos e imberbes en un encendido y recordado discurso desde el balcón de la Casa de Gobierno. La reacción de los militantes montoneros y sus simpatizantes, provocó algunos enfrentamientos y la inmediata retirada de la Plaza de las columnas que respondían a la organización. Entonces el Gral Peron le encomendó al Dr. Juan Manuel Abal Medina que les transmitiese que él queria hablar personalmente con Norma Arrostito y con Fernando Vaca Narvaja. La conducción de Montoneros no trasmitió ese mensaje a los dos convocados por Perón, que se enteraron de ello tiempo después, por lo que la reunión no se realizó. Luego de dicho suceso, la jerarquía montonera pasó de hecho a la clandestinidad, y retomó sus operaciones militares, ahora ya en abierta oposición al gobierno encabezado por Perón, lo que les dejaba sin la más mínima expectativa de tener su apoyo. El retorno a la actividad clandestina fue reconocido formalmente por la Conducción Nacional de Montoneros en el mes de septiembre de 1974.
A partir de 1975 se realizan conversaciones para un acercamiento entre la dirigencia de Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), otra organización armada irregular argentina (en este caso de ideología marxista-leninista) brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), quienes siempre actuaron desde una franca oposición al peronismo por considerarlo una mera expresión política populista del capitalismo y la burguesía.
La acción cada vez más violenta de la derecha peronista -sostenida desde el entorno del propio Perón-, contra las organizaciones guerrilleras se acentuó más aún luego de la muerte del anciano líder, al asumir su esposa y vicepresidente María Estela Martínez de Perón la primera magistratura, cuya opinión y voluntad estaban bajo la influencia de José López Rega.

El secuestro de los Born :

En medio de un clima político y social sumamente enrarecido y conflictivo, el 19 de septiembre de 1974 un comando montonero concreta el secuestro extorsivo que obtuvo el cobro del mayor rescate de la historia argentina ya que la organización recibió sesenta millones de dólares, por la entrega con vida de los hermanos Juan y Jorge Born (Bunge & Born), a los seis y nueve meses respectivamente. Los hermanos Born eran por entonces los principales accionistas del mayor conglomerado productor y exportador cerealero argentino. Durante este hecho Montoneros asesinó a un empresario (de apellido Bosch) y al conductor del vehículo (apellidado Pérez) en que viajaban los secuestrados.
Dirigentes montoneros confirmaron que una parte del dinero fue derivada hacia Cuba con el fin de ponerla transitoriamente a resguardo, en tanto que el pago final de unos 17 millones de dólares fue cobrado y administrado por el banquero David Graiver, quien tenía sus oficinas en la ciudad de Nueva York y falleció en un dudoso accidente de aviación. En ambos casos hasta el presente ha sido un gran misterio el destino final de buena parte del dinero en efectivo producto del rescate. Las relaciones entre el régimen de Fidel Castro y los Montoneros no siempre eran de mutua afinidad. Por un lado han circulado versiones periodísticas sugiriendo que la fortuna de los Montoneros quedó finalmente incautada y confiscada en Cuba por orden de Castro, pero algunos ex funcionarios cubanos han declarado que todo el dinero proveniente de este mega secuestro les fue entregado a Firmenich, Perdía y Yaguer, algunas veces en forma personal y en efectivo, y otras en graduales y sucesivas remesas al exterior vía complejas triangulaciones financieras a través de bancos de Checoslovaquia y Suiza.
Los mencionados dirigentes montoneros jamás han dado precisiones ni respondido fehacientemente los cuestionamientos en tal sentido, y el destino final de los fondos del rescate se mantiene como un enigma.

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