Desarrollo del Difusionismo:
Los centros difusionistas, habitualmente están asociados en el Viejo Mundo a civilizaciones de grandes ríos (Nilo, Tigris y Éufrates, Indo, Río Amarillo...), mientras que en el Nuevo Mundo serían Mesoamérica y los Andes. Los difusionistas constataban la similitud de ciertas manifestaciones de culturas inferiores con las de las grandes civilizaciones, llegando a la conclusión de que aquellas imitaban pobremente a éstas. Aún más, las grandes civilizaciones antiguas, desde el Neolítico, al menos, eran las únicas zonas de verdadera invención y progreso, desde donde se difundían por contacto, migraciones o invasiones.
El mar Mediterráneo y, también el Índico) han sido unos de los focos más importantes en las teorías difusionistas, comenzando por la expansión de los primeros Humanos modernos, dotados de un utillajeauriñaciense, continuando por la expansión en sucesivas oleadas, del Neolítico, el Megalitismo (una rústica emulación de las grandes pirámides), la metalurgia y, en fin, el impacto indoeuropeo. El símileuropeo con una playa a la que llegan las olas a morir, se ha usado en no pocas ocasiones, considerando este subcontinente como un callejón sin salida al que se ven abocadas numerosas civilizaciones orientales.
egún los difusionistas monocéntricos la invención de la agricultura sólo tuvo lugar una vez, en el Creciente Fértil, desde donde se difundió por África, Asia y Europa. A pesar de que la invención independiente de la agricultura y otras innovaciones en América podría haber refutado las tendencias difusionistas, éstas tuvieron mucha fuerza durante un corto espacio de tiempo, al aparecer las ideas del antropólogo americano Clark Wissler (1870-1947). Este investigador americano hereda la idea de Schmidt y Graebner sobre la existencia de«áreas culturales» diversas (difusionismo policéntrico), pero trata de probar su existencia por medio de lo que él llamó rasgos culturales. Éstos serían más abundantes, más originales y más concretos en el centro de las citadas áreas culturales, y se irían desvaneciendo a medida que nos alejamos del núcleo, hacia la periferia. Wissler, no conformándose con el factor espacio, añade el factor tiempo, argumentando que los rasgos culturales serían más antiguos, cuanto más cercanos estuviésemos del centro del área cultural. Para él, existiría una estrecha relación entre antigüedad y distancia. Wissler fue muy criticado por esta última afirmación, ya que no tuvo en consideración que algunos rasgos culturales pueden viajar más deprisa que otros. A este mismo antropólogo se le achaca, también un excesivo reduccionismo a la hora de explicar fenómenos sociales, psicologícos o económicos de los pueblos primitivos, hasta el punto de que muchos ven en ello ciertos prejuicios etnocentristas.1
Otro gran difusionista fue el australiano Vere Gordon Childe, que sin embargo se centró en la expansión de los pueblos Indoeuropeos, lo que no evitó que desarrollase sus ideas sobre el origen del Neolítico o sobre el papel civilizador de la Cultura Griega en el Mediterráneo. Childe sostenía un difusionismo moderado en el que los cambios se debían en parte a las condiciones sociales de los grupos humanos (no olvidemos que era marxista), pero también por préstamos culturales de otras comunidades.
Cuando las ideas difusionistas se defienden por encima de lo razonable, suele hablarse de «hiperdifusionismo». el cual es propio de las interpretaciones excéntricas, calificación que ha recibido en innumerables ocasiones Thor Heyerdahl, el máximo defensor este tipo de doctrinas a finales del siglo XX. Sin embargo, Thor Heyerdahl, ha propuesto y contrastado hipótesis empíricamente, y no puede igualarse a lasseudociencias o ciencias ocultas que defienden un hiperdifusionismo irracional.2